¿Cuando estudiamos preferimos los libros impresos o los textos en pantalla? ¿Qué influencia tienen la edad y la experiencia previa del lector en esta percepción?
A propósito de estas preguntas, la Scientific American publicó un artículo en el que se analizan algunos de los principales hallazgos sobre las diferencias
entre la lectura en papel y en pantalla.
Resulta interesante que en plena cultura digital estemos preguntándonos sobre tales diferencias según se utilice uno u otro soporte, y también cómo es la lectura según se trate de niños y jóvenes nacidos en tiempos de Internet o de adultos que transitaron mucho tiempo en la cultura impresa y que ahora navegan en la cibercultura.
Para comenzar podemos decir que la experiencia lectora en libros se basa en una topografía definida: un espacio físico y tangible con páginas izquierda y derecha y ocho esquinas. Los significados del texto están vinculados a la estructura, por eso muchas veces nuestra memoria registra datos del libro, ubicándolos en el lugar de la página en donde los habíamos encontrado.
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Alireza Darvish |
La lectura de libros digitales en soporte pantalla, en cambio, supone navegación de carácter intuitivo en donde resulta difícil crear y recuperar el espacio mental de los datos leídos. Según los estudios, estas diferencias son las que explican por qué muchos estudiantes prefieren los libros antes que las pantallas.
También los estudios sugieren que la comprensión lectora se ve afectada cuando se emplea la pantalla ya que exige más esfuerzo, la luz emitida genera fatiga visual y la posición corporal suma más dificultad que la lectura en un libro que es más versátil.
El artículo completo se puede consultar en: