En posts anteriores de este blog hablamos de la merma y hasta
de la prohibición del uso de móviles y notebooks en las aulas de distintos
países debido al empobrecimiento de las habilidades vinculadas con la lectura
comprensiva y la escritura significativa en los estudiantes. Es decir, estamos
frente a un fuerte debate sobre las implicancias del uso de las pantallas en la
escuela que nos interpela a todos los que estamos comprometidos con la
educación inclusiva, plural y relevante. No están ajenos a este fenómeno la
influencia de la industria tecnológica y su poder de penetración en todas las
franjas etarias de nuestra sociedad.
Más allá de este debate generalizado que cuestiona los
efectos de las TIC en ciertas habilidades de orden cognitivo, resulta
interesante profundizar también en la dimensión emocional que está implicada.
Desde este lugar, Carlos Javier González Serrano, profesor español de Filosofía
y Psicología, ha publicado (2024) el ensayo “Una filosofía de la resistencia.
Pensar y actuar contra la manipulación emocional” que indaga en los orígenes y
consecuencias de la manipulación emocional a la que se ven sometidos con el
fin de impedir el cuestionamiento del orden vigente.
Este autor advierte sobre mensajes manipuladores que prevalecen en los medios y las redes de la cibercultura y por eso, propone una filosofía de la resistencia que recupere para los sujetos su pensamiento genuino, emancipador y plural. En la presentación del libro leemos una síntesis de su contenido:
Vivimos en una sociedad
en la que la tecnología cada vez tiene más protagonismo, donde impera el ruido
permanente, la hiperestimulación constante y una violenta rapidez. Un mundo en
el que la silenciosa dominación de nuestras emociones gobierna todos los
ámbitos de nuestra vida. Ante esta realidad, el presente libro propone una
filosofía de la resistencia que nos permita cultivar el cuidado de la atención,
plantar cara a esa emotiocracia (dictadura de las emociones) y que nos empuje a
desarrollar con compromiso una nueva manera de desear con el fin de ser más
conscientes y responsablemente libres frente a los malestares contemporáneos.
Pensar y actuar: una revolución intelectual que pasa por dejar de observar la
realidad como sujetos pasivos para tomarla en nuestras manos como agentes
activos y poder pensarla, sí, pero, sobre todo, transformarla.
La pregunta que surge es: ¿Estamos a tiempo de hacer una pausa para reflexionar sobre el fenómeno de las tecnologías y sus efectos dominantes sobre la formación de los estudiantes y docentes?