07 noviembre 2024

Un debate filosófico sobre las emociones y las tecnologías digitales

En posts anteriores de este blog hablamos de la merma y hasta de la prohibición del uso de móviles y notebooks en las aulas de distintos países debido al empobrecimiento de las habilidades vinculadas con la lectura comprensiva y la escritura significativa en los estudiantes. Es decir, estamos frente a un fuerte debate sobre las implicancias del uso de las pantallas en la escuela que nos interpela a todos los que estamos comprometidos con la educación inclusiva, plural y relevante. No están ajenos a este fenómeno la influencia de la industria tecnológica y su poder de penetración en todas las franjas etarias de nuestra sociedad.

Más allá de este debate generalizado que cuestiona los efectos de las TIC en ciertas habilidades de orden cognitivo, resulta interesante profundizar también en la dimensión emocional que está implicada. Desde este lugar, Carlos Javier González Serrano, profesor español de Filosofía y Psicología, ha publicado (2024) el ensayo “Una filosofía de la resistencia. Pensar y actuar contra la manipulación emocional” que indaga en los orígenes y consecuencias de la manipulación emocional a la que se ven sometidos con el fin de impedir el cuestionamiento del orden vigente.


Este autor advierte sobre mensajes manipuladores que prevalecen en los medios y las redes de la cibercultura y por eso, propone una filosofía de la resistencia que recupere para los sujetos su pensamiento genuino, emancipador y plural. En la presentación del libro leemos una síntesis de su contenido:

Vivimos en una sociedad en la que la tecnología cada vez tiene más protagonismo, donde impera el ruido permanente, la hiperestimulación constante y una violenta rapidez. Un mundo en el que la silenciosa dominación de nuestras emociones gobierna todos los ámbitos de nuestra vida. Ante esta realidad, el presente libro propone una filosofía de la resistencia que nos permita cultivar el cuidado de la atención, plantar cara a esa emotiocracia (dictadura de las emociones) y que nos empuje a desarrollar con compromiso una nueva manera de desear con el fin de ser más conscientes y responsablemente libres frente a los malestares contemporáneos. Pensar y actuar: una revolución intelectual que pasa por dejar de observar la realidad como sujetos pasivos para tomarla en nuestras manos como agentes activos y poder pensarla, sí, pero, sobre todo, transformarla.

La pregunta que surge es: ¿Estamos a tiempo de hacer una pausa para reflexionar sobre el fenómeno de las tecnologías y sus efectos dominantes sobre la formación de los estudiantes y docentes?