¿Qué figuras o expresiones podemos crear con nuestro idioma y vocabulario? Creamos, repetimos y usamos metáforas, comparaciones, analogías y hasta oxímoron. Vamos a detenernos en el oxímoron que es una figura literaria o retórica que consiste
en usar dos conceptos de significado opuesto en una sola expresión para generar
un tercer concepto, un sentido nuevo, que tiene siempre un claro carácter
metafórico. Por ejemplo, cuando decimos “instante eterno” se sugiere que ese
instante, por su intensidad, hace que perdamos la noción del tiempo y que
parezca no terminar jamás. Otro ejemplo de carácter filosófico lo encontramos
en Sócrates: “Solo sé que no sé nada”.
Así, el oxímoron sería como una máquina que genera nuevos sentidos
o ideas sorprendentes, vacilantes, perplejas… Esta contradicción o sentido
paradójico es un recurso literario utilizado con frecuencia en la poesía que invita
o interpela al lector a ir más allá de la contradicción (a veces aparente) de
los dos conceptos o ideas que el autor propone en su texto.
Algunos ejemplos de la literatura son:
“Mis libros están llenos de vacío”. Augusto Monterroso nos
sugiere que la literatura es su forma de evasión, que le permite expresar sus vacíos y
frustraciones en la creación de sus obras.
“Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado…”
Francisco de Quevedo
“La noche sosegada
en par de los levantes de la aurora,
la música callada,
la soledad sonora,
la cena que recrea y enamora”.
En estos versos San Juan de la Cruz (Cántico) apela a elementos contrarios como la noche y la aurora, es decir, el final de la noche,
el principio del día. Además califica a la música con el atributo de la
soledad y viceversa.
“La Maestra era alegre. ¡Pobre mujer herida!
Su sonrisa fue un modo de llorar con bondad”.
En estos versos (La maestra rural), Gabriela Mistral nos dibuja la
sonrisa de la maestra como una herramienta para ocultar su sufrimiento y
mostrarse siempre amigable.