21 febrero 2009

EducArte: Cuando el arte se nutre y refleja la realidad socio-histórica



Hoy quiero dar tributo a un gran pintor argentino que se destacó no sólo por sus excelentes cuadros que reflejan el trajinar y la vida cotidiana de un pintoresco barrio de Buenos Aires y el Riachuelo, sino también por su compromiso social hacia las necesidades básicas de los sectores más humildes y desfavorecidos.

Estoy hablando de Benito Quinquela Martín, uno de los pintores más populares que vivió y se inspiró en el barrio porteño de La Boca.
Sus cuadros atesoran la atmósfera y la vida del puerto, el río, los barcos, las grúas, los astilleros, los obreros y el ajetreo del trabajo, suscitando múltiples significados sobre esta actividad humana: desde la dignidad del trabajo hasta las condiciones más opresoras que denigran al hombre.



Benito Quinquela no fue ajeno a las necesidades de la gente y desde esa mirada solidaria hizo donaciones que hoy integran un verdadero complejo cultural en su entrañable barrio de La Boca: la escuela primaria Pedro de Mendoza, el Museo de Bellas Artes, el Museo de Escultura al Aire Libre (ubicado en la terraza del 2° piso del Museo de Bellas Artes), el Jardín de Infantes, el Teatro de la Ribera y la casa estudio Benito Quinquela Martín, que se ubica en el 3° piso del Museo, donde podemos apreciar una colección de sus obras, muebles y otros objetos de su pertenencia.

Seguramente Quinquela Martín –fallecido el 28 de enero de 1977- nunca se olvidó de su difícil infancia ya que fue abandonado a los pocos días de nacer, ni de la generosidad de la humilde familia que lo adoptó prodigándole afecto y cuidado que nutrieron su carácter y su talento artístico admirado en todo el mundo.
El testimonio de Quinquela es conmovedor y elocuente:
"Cuanto hice y cuanto conseguí, a mi barrio se lo debo. De ahí el impulso irrefrenable que inspiró mis fundaciones, todas ellas afincadas en La Boca. Por eso mis donaciones no las considero tales, sino como devoluciones. Le devolví a mi barrio buena parte de lo que él me hizo ganar con mi arte. Los dos los siento como fundidos dentro y fuera de mí mismo."



El curriculum escolar de nuestro tiempo puede tomar la riqueza de la vida de Quinquela Martín mostrando las posibilidades de las bellas artes cuando se sumergen en los surcos de la realidad social en un contexto histórico. Desde ese lugar los contenidos a enseñar y a descubrir son múltiples con el concurso de las distintas disciplinas o áreas que componen los diseños curriculares.
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08 febrero 2009

Juegos de ayer y de hoy

Si hoy nos asomamos a espacios donde juegan chicos y chicas es posible que nos encontremos con escenas como las siguientes:









Pienso: ¿Qué factores influyen para que ciertos juegos de ayer tengan plena convocatoria y vigencia hoy, mientras que otros se han perdido?


















¿La escuela favorece algún tipo de juego en particular en las aulas y en el patio?

¿Promueve juegos donde puedan participar niñas y niños por igual?


¿Cuánto influyen los espacios geográficos y los contextos socio-culturales y económicos en la elección de los juegos?


Sin lugar a dudas, el espacio geográfico y social donde pasamos nuestra niñez deja huellas imborrables sobre formas particulares de entretenimiento y de ocio. Aquellos chicos que viven en pueblos, zonas rurales o pequeñas ciudades pueden disfrutar de juegos en ambientes abiertos y sin barreras como plazas, parques, calles tranquilas con escaso tránsito. Es allí donde aún vemos remontar barriletes, jugar a la mancha, a la soga, a las bolitas o canicas, hacer arcos y flechas con materiales naturales, armar autos de carreras, jugar al futbol, treparse a los árboles, armar carpas y salir a pescar a los arroyos.


Los chicos que viven en los abigarrados espacios urbanos, por el contrario, se encuentra limitados para realizar esas actividades al aire libre y en consecuencia destinan más tiempo a juegos sedentarios como los de la computadora, los videojuegos y los juegos de mesa.













¿De qué manera los adultos, los medios de comunicación, la industria del entretenimiento y la sociedad toda, inciden en los tipos de juego que hoy se desean y resultan más populares?


¿Los textos escolares reproducen y refieren a juegos de otras épocas? ¿De qué manera lo hacen?


Las ciudades y metrópolis crecen de manera incesante al mismo tiempo que aumenta la cantidad de automóviles en sus calles y avenidas; así resulta preocupante la escasez de espacios abiertos donde los chicos puedan jugar, moverse con libertad y desarrollarse y crecer con plenitud.

Para contribuir a ese logro la escuela debería salir de sus muros y variar sus proyectos y estrategias para que ellos tengan la oportunidad de jugar en ambientes abiertos y verdes y de ese modo puedan mirar, conectarse y disfrutar de la naturaleza y de los paisajes, sentir curiosidad ante sus enigmas, imaginar situaciones y por qué no, reinventar juegos.


Con esas condiciones quizás sea posible redescubrir escenarios mágicos como los que despliega Fernán Silva Valdes en estos versos:

A la Mancha

Por allá a la tardecita
dentro del espacio azul
están jugando a la mancha
diez mil bichitos de luz.

Como va siendo de noche
todos llevan un farol
que apagan, para esconderse
como diciendo ¡ a mí no !
Que encienden para mostrarse
como gritando ¡ aquí estoy !

Por allá a la tardecita
dentro del espacio azul
están jugando a la mancha
diez mil bichitos de luz.


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