Hoy quiero dar tributo a un gran pintor argentino que se destacó no sólo por sus excelentes cuadros que reflejan el trajinar y la vida cotidiana de un pintoresco barrio de Buenos Aires y el Riachuelo, sino también por su compromiso social hacia las necesidades básicas de los sectores más humildes y desfavorecidos.
Estoy hablando de Benito Quinquela Martín, uno de los pintores más populares que vivió y se inspiró en el barrio porteño de La Boca.
Estoy hablando de Benito Quinquela Martín, uno de los pintores más populares que vivió y se inspiró en el barrio porteño de La Boca.
Sus cuadros atesoran la atmósfera y la vida del puerto, el río, los barcos, las grúas, los astilleros, los obreros y el ajetreo del trabajo, suscitando múltiples significados sobre esta actividad humana: desde la dignidad del trabajo hasta las condiciones más opresoras que denigran al hombre.
Benito Quinquela no fue ajeno a las necesidades de la gente y desde esa mirada solidaria hizo donaciones que hoy integran un verdadero complejo cultural en su entrañable barrio de La Boca: la escuela primaria Pedro de Mendoza, el Museo de Bellas Artes, el Museo de Escultura al Aire Libre (ubicado en la terraza del 2° piso del Museo de Bellas Artes), el Jardín de Infantes, el Teatro de la Ribera y la casa estudio Benito Quinquela Martín, que se ubica en el 3° piso del Museo, donde podemos apreciar una colección de sus obras, muebles y otros objetos de su pertenencia.
Seguramente Quinquela Martín –fallecido el 28 de enero de 1977- nunca se olvidó de su difícil infancia ya que fue abandonado a los pocos días de nacer, ni de la generosidad de la humilde familia que lo adoptó prodigándole afecto y cuidado que nutrieron su carácter y su talento artístico admirado en todo el mundo.
Seguramente Quinquela Martín –fallecido el 28 de enero de 1977- nunca se olvidó de su difícil infancia ya que fue abandonado a los pocos días de nacer, ni de la generosidad de la humilde familia que lo adoptó prodigándole afecto y cuidado que nutrieron su carácter y su talento artístico admirado en todo el mundo.
El testimonio de Quinquela es conmovedor y elocuente:
"Cuanto hice y cuanto conseguí, a mi barrio se lo debo. De ahí el impulso irrefrenable que inspiró mis fundaciones, todas ellas afincadas en La Boca. Por eso mis donaciones no las considero tales, sino como devoluciones. Le devolví a mi barrio buena parte de lo que él me hizo ganar con mi arte. Los dos los siento como fundidos dentro y fuera de mí mismo."
"Cuanto hice y cuanto conseguí, a mi barrio se lo debo. De ahí el impulso irrefrenable que inspiró mis fundaciones, todas ellas afincadas en La Boca. Por eso mis donaciones no las considero tales, sino como devoluciones. Le devolví a mi barrio buena parte de lo que él me hizo ganar con mi arte. Los dos los siento como fundidos dentro y fuera de mí mismo."
El curriculum escolar de nuestro tiempo puede tomar la riqueza de la vida de Quinquela Martín mostrando las posibilidades de las bellas artes cuando se sumergen en los surcos de la realidad social en un contexto histórico. Desde ese lugar los contenidos a enseñar y a descubrir son múltiples con el concurso de las distintas disciplinas o áreas que componen los diseños curriculares.
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