15 diciembre 2009

Puntos de vista...

Hoy quiero compartir un relato que nos introduce en las distintas formas de interpretar y comprender el mundo y de hacer nuestro proyecto de vida. Una historia que sugiere la importancia del diálogo y de la comunicación como instrumentos privilegiados para entendernos y respetarnos como personas y como sujetos que vivimos en culturas diferentes, sin imponer criterios ni verdades absolutas.



Cuenta León Tolstoi que un hombre rico y emprendedor se horrorizó cuando vio a un pescador tranquilamente recostado junto a su barca, contemplando el mar y fumando apaciblemente su pipa, después de haber vendido el pescado.
– “¿Por qué no has salido a pescar?” –le preguntó el hombre emprendedor.
– “Porque ya he pescado bastante por hoy” –respondió el apacible pescador.
– “¿Por qué no pescas más de lo que necesitas?” –insistió el industrial.
– “¿Y qué iba a hacer con ello?” –preguntó a su vez el pescador.
– “Ganarías más dinero –fue la respuesta– y podrías poner un motor nuevo y más potente a tu barca. Y podrías ir a aguas más profundas y pescar más peces. Ganarías lo suficiente para comprarte otras redes más grandes, con las que sacarías más peces y más dinero. Pronto ganarías para tener dos barcas… Y hasta una verdadera flota. Entonces serías rico y poderoso como yo”.
– “¿Y que haría entonces?” –preguntó de nuevo el pescador.
– “Podrías sentarte y disfrutar de la vida” –respondió el hombre emprendedor.
– “¿Y qué crees que estoy haciendo en este preciso momento?” –respondió sonriendo el apacible pescador.
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