06 agosto 2010

¿Tiene sentido la poesía?


La vida del hombre parece hoy más que nunca sometida al pragmatismo, al mercado y a los bienes tangibles, quedando la vertiente emocional y poética acotada a espacios reducidos y devaluados. Sin embargo se alzan voces que reivindican la dimensión poética de la vida como las del filósofo contemporáneo Edgar Morin quien es el autor de "Vivir poéticamente", un oasis para volver a la esencia de lo que somos.

La poesía no es sólo una variedad de literatura, es también un modo de vida en la participación, el amor, el fervor, la comunión, la exaltación, el rito, la fiesta, la embriaguez, la danza, el canto, que, efectivamente, transfiguran la vida prosaica hecha de tareas prácticas, utilitarias, técnicas. (...)
Fernando Pessoa decía que en cada uno de nosotros hay dos seres, el primero, el verdadero, es el de sus ilusiones, de sus sueños que nace en la infancia y prosigue toda la vida; el segundo, el falso, es el de sus apariencias, sus discursos y sus actos.
Podríamos decir de otra forma: en nosotros coexisten dos seres, el del estado prosaico y el del estado poético, esos dos seres constituyen nuestro ser, son sus dos polaridades, necesarias una para la otra: si no hubiera prosa no habría poesía, el estado poético no se manifiesta como tal sino en relación con el estado prosaico. Tenemos necesidad vital de prosa, porque las actividades prosaicas nos hacen sobrevivir. Pero muy a menudo, en el reino animal, las actividades de supervivencia (buscar comida, perseguir la presa, defenderse contra los peligros y los agresores) devoran la vida, es decir el goce.
Hoy, en la tierra, los humanos dedican la mayor parte de su vivir a sobrevivir. Tenemos que actuar para que el estado secundario llegue a primario. Hay que tratar de vivir no sólo para sobrevivir sino también para vivir. Vivir poéticamente es vivir para vivir.

Edgar Morin