Ante el avance -heterogéneo, dispar pero imparable- de las TIC en el ámbito educativo, se plantean dilemas que remiten a preguntarse si se justifica la elaboración o configuración de una pedagogía emergente o una pedagogía red y en línea que describa el paradigma pedagógico-didáctico propio y deseable de las prácticas con tecnologías. Esta cuestión nos interpela sobre qué enfoques sobre el aprendizaje y qué estrategias y metodologías didácticas ponemos en juego cuando utilizamos las tecnologías y si éstos son adecuados para aplicar en contextos educativos cuyos actores poseen nuevas subjetividades e identidades que poco tienen que ver con los modos de enseñar y de aprender de hace unas décadas. ¿Qué dicen las investigaciones en tal sentido? ¿Cómo son los diseños pedagógico-didácticos que se destacan por sus óptimos resultados? ¿Qué oportunidades para el mejoramiento de los aprendizajes ofrecen las TIC?
En esa línea, en julio 2016 se publicó el
monográfico titulado “The Internet and Online Pedagogy” de la International Journal of
Educational Technology in Higher Education (ETHE) que traducido significa algo como Internet y la pedagogía en línea o en red.
Begoña Gros, Terry Anderson
y Cristóbal Cobo prepararon un editorial publicado en inglés que luego fue traducido y que transcribimos a continuación en donde se presentan los artículos del citado monográfico.
Caracterizar los retos que
tiene la pedagogía en internet es una tarea muy compleja. Un acercamiento
interdisciplinar al hecho educativo es útil cuando permite presentar y
representar las diversas dimensiones que sustentan el cambio educativo. En una
época marcada por una actividad –e hiperactividad en red- necesitamos modelos
de representación pedagógica que incorporen diversos valores educativos e
incluyan patrones de acción que llamen la atención sobre los dilemas educativos
que encierran la innovación. El uso pleno del potencial de internet requiere
diseños y exige evidencias, pero también contempla nuevas demandas de formación
junto al análisis de las diversas tendencias tecnológicas con potencial de
impacto educativo a mediano y largo plazo. En fin, sea como fuere, la pedagogía
debe echar mano de la reflexión y la investigación para seguir reconstruyendo
la pedagogía.
La pedagogía de internet no es,
estricto sensu, una nueva forma de pedagogía. La novedad actual es que la
pedagogía tiene el desafío de entender y abordar eficazmente los retos y
oportunidades educativas releyendo la tradición en nuevos entornos de formación
y en base a las evidencias que ofrece la investigación educativa actual. La
pedagogía de hoy, por tanto, tiene que articular y ofrecer una lectura sobre
estas nuevas formas de representación educativa. No se trata de una respuesta
mecánica ni veloz basada únicamente en las funcionales tecnológicas.
“¿Por qué hablar solo de
internet en la educación cuando se puede hablar de una pedagogía?” Esta fue la
pregunta inicial que inspiro a los editores es de este número especial. Una
forma de encarar esta tarea fue seleccionar trabajos que buscaban una reflexión
pedagógica sobre los problemas y las oportunidades educativas que inspira
internet así como enriquecer esta reflexión desde la evidencia empírica
interdisciplinar.
Es por ello que en los trabajos
que conforman este monográfico se encontrarán tanto preguntas como respuestas,
aunque presentamos cada uno de los trabajos en forma de problema, es decir, en
forma de pregunta. El objetivo de esta forma de presentar, además que
pedagógica, es ofrecer interrogantes que abran el debate educativo.
En “Dilemas pedagógicos ante
los flujos del conocimiento en la era de la tecnología digital”, Ángel San
Martin y Ángel García del Dujo, empiezan su esfuerzo analítico planteando ¿si
existe espacio para la pedagogía en un terreno donde la tecnología ya forma
parte implícita en el diseño y desarrollo de la enseñanza? Es decir, el proceso
de apropiación educativa de la funcionalidad tecnológica exige un discurso
heurístico para entender mejor los dilemas pedagógicos del uso educativo de la
tecnología.
Dado el interés y el uso de las
tecnologías educativas y el consiguiente interés para los investigadores, a menudo
es difícil identificar los principales problemas que surgen o que pueden ser
abordados por la investigación académica. Las técnicas de metanálisis son una
buena herramienta para construir un mapa conciso en este campo de
investigación. En “Metaanálisis de investigaciones sobre e-learning publicadas
en revistas españolas”, Julio Cabero-Almenara, Verónica Marín Díaz y Begoña
Sampedro-Requena, se plantean ¿Cuáles son los principales temas que encara la
investigación educativa centrada en estudiar las distintas variables del
e-learning en la producción científica española en los últimos cinco años? Es
decir, cuáles son los temas predilectos para los investigadores educativos en
el e-learning y cuáles los que quedan por desarrollar.
En “Pedagogías para una
sociedad de conocimiento abierto”, Paola Ricaurte encara el reto de responder a
la pregunta ¿la estructura y organización de los programas educativos en
internet están marcadas por una condición técnica particular? Es decir,
aprender en una plataforma implica algo más que aprender bajo un sistema
tecnológico neutral ya que implica modelos de representación del conocimiento,
valores y acción específicos que deben ser visibles en modelos pedagógicos.
En “Del acceso masivo a la
cooperación: Lecciones aprendidas y resultados contrastados de un enfoque
pedagógico mixto para MOOC”, Ángel Fidalgo Blanco, María Luisa Sein-Echaluce,
Francisco J García-Peñalvo, se centran en dar respuesta a la pregunta ¿Puede la
cooperación entre participantes ser el valor pedagógico que permita remontar la
deserción en los MOOC? En otras palabras, más allá del tipo de plataforma, la
calidad del aprendizaje implica otros retos más allá de la buena docencia y la
eficaz distribución de contenidos en los MOOC.
En “Empatía virtual como
competencia digital en la educación 3.0”, Rafael García-Pérez, Juan-Manuel
Santos-Delgado y Olga Buzón-García, se plantean la pregunta sobre la “cara
oculta de la Luna” en la formación virtual: ¿es la empatía virtual una
competencia clave a tener en cuenta en los procesos de aprendizaje virtual?
Esto es, cómo son y qué papel juegan las habilidades emocionales en una
interacción educativa marcada por una relación persona-máquina-persona.
En “La influencia de Internet
en la innovación pedagógica: uso de Twitter para promover el aprendizaje
colaborativo online”, Maite Fernández-Ferrer y Elena Cano se preguntan sobre
¿Cómo se puede usar la evaluación formativa para mejorar la educación? Los
resultados de esta investigación revelan efectos positivos en la participación,
motivación y la percepción del aprendizaje, pero no en la mejora del
rendimiento. También sugieren que futuros trabajos sobre este tema deben tratar
de estudiar los efectos de la retroalimentación autorregulada.
En general, este número
especial nos ayuda a entender el proceso de enseñanza y aprendizaje en internet
e, igualmente importante, nos permite aprender a elaborar parámetros educativos
más eficaces para entender y atender las oportunidades educativas sin
precedentes abiertas por estas tecnologías emergentes.