Siguiendo con nuestra propuesta de integrar el arte en la educación primaria y secundaria en donde el matiz innovador lo situamos en la articulación de los temas artísticos con otras áreas curriculares, hoy nuestra mirada se centra en un gran artista colombiano de estos tiempos: Fernando Botero que tiene un estilo propio, muy singular e inconfundible. Si bien a primera vista los personajes de sus cuadros y esculturas son gordos, Botero nos sorprende diciendo: "No es gordura, sino espacios. Personas con hambre de espacio".
Una familia |
Según
una nota del Museo Reina Sofía, “El colombiano Fernando Botero (Medellín,
Colombia, 1932) posee uno de los estilos más reconocibles de la tradición
latinoamericana. La representación de la corporeidad es acentuada, lo que le
permite utilizar proporciones diferentes a las habituales. El propio artista
clasifica su arte figurativo, de formas hinchadas y personajes orondos como ‘forma
expresiva divergente’. Botero recoge en su trabajo la influencia de los grandes
muralistas mexicanos, en especial de José Clemente Orozco. También está
presente su fascinación por la pintura italiana del Trecento y Quattrocento.
Todos los influjos se aprecian en las variaciones que realiza a partir de obras
de Jan Van Eyck, Alberto Durero, Peter Paul Rubens, Hyacinthe Rigaud, Pierre
Bonnard o Paul Cézanne. A su vez, el artista conecta con la tradición artística
española. Botero estudia en 1951 en la Real Academia de Bellas Artes de San
Fernando en Madrid y visita el Museo del Prado, donde copia obras de Diego
Velázquez y Francisco de Goya”.
Mujer con espejo |
Agrega la nota: “La gran variedad de temas
existentes caracteriza su obra: retratos, autorretratos, desnudos, bodegones,
paisajes, escenas de burdel, corridas, santos, militares, cardenales y un largo
etcétera; todos ellos tratados con optimismo y frescura”.
Algunos recursos digitales para considerar en el diseño de unidades y secuencias didácticas se pueden consultar en:
Zamba:
Excursión al Museo de Bellas Artes - Fernando Botero –