Entre los estudios realizados para la mejora de la educación
superior a través de la evaluación de los sistemas universitarios, un aporte
interesante lo constituye el informe La
garantía de calidad y los criterios de acreditación en la educación superior.
Perspectivas internacionales. Este estudio fue diseñado para acompañar el
proceso de las agendas nacionales en materia de calidad de la educación
superior realizado por el Instituto Internacional de la UNESCO para la
Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC).
Enfocado en los procesos de acreditación, tanto de
instituciones como de programas de educación superior, el trabajo examina la
labor de las diez agencias de garantía de calidad en sus contextos políticos y
señala cuestiones críticas de los procesos de acreditación, que van desde cómo
incorporar los logros académicos de los estudiantes como un vector fundamental,
hasta cómo promover la calidad en el respeto a la diversidad, sin olvidar quién
debe evaluar la labor de las agencias y cómo hacerlo, como indica en su
presentación.
El estudio fue diseñado por Francesc Pedró, director del
IESALC, y desarrollado con la contribución de Aliandra Barlete, investigadora
de la Universidad de Cambridge, y aborda distintas acepciones de la garantía de
calidad (GC), entre ellas como el “proceso de generar confianza en que la
provisión de educación cumple con las expectativas o por lo menos cubre unos
estándares mínimos”, además de establecer puntos de referencia locales para la
mejora del sistema de ES en su conjunto. “La GC también puede ser una
herramienta para la autorregulación al aumentar la competencia entre
instituciones y programas, por ejemplo, mediante el establecimiento de rankings
nacionales”, según indican los autores.
Del análisis comparativo del estudio, se presentan algunas
lecciones y recomendaciones: La primera que desarrollar una cultura de calidad
para la enseñanza y el aprendizaje de los estudiantes, así como para crear
condiciones para garantizar y mejorar los estándares académicos dentro de las
IES, requerirá de la participación activa de los líderes de una institución y
del personal académico.
La segunda lección es que, para garantizar la calidad y la
acreditación, los procesos a evaluarse deben incluir: el diseño y la aprobación
de nuevos módulos de curso y programas de estudio; procedimientos para la
revisión de programas académicos; prácticas que rigen las normas de
calificación e identificación; procedimientos que influyen en la evaluación de
la enseñanza; procedimientos que afectan las evaluaciones estudiantiles; y
otros componentes relevantes de los procesos generales de la institución para
garantizar y mejorar los estándares académicos.
La tercera lección es que los instrumentos más efectivos y
legítimos, en las opiniones del personal académico, poseen metodologías con
revisores pares expertos capacitados y respaldados durante el proceso de
revisión por personal profesional y emplean procedimientos y protocolos
sistemáticos y estandarizados.
“Uno de los grandes desafíos de los procesos de
aseguramiento de calidad no resueltos es la diversidad cultural. Es necesario
establecer mecanismos de aseguramiento de la calidad que se fijen en cómo las
instituciones de educación superior (IES) se van ajustando poco a poco. Hoy en
día nos damos cuenta que lo más útil es ayudar a cada una de las IES a mejorar
su calidad. No podemos seguir basándonos en estándares institucionales. Tenemos
que ir un paso más allá, contextualizando el trabajo de cada institución y
reconocerla en su diversidad”, sostuvo Francesc Pedró en el foro de presentación.