02 septiembre 2021

Un camino hacia la calidad de la educación superior en América Latina

Entre los estudios realizados para la mejora de la educación superior a través de la evaluación de los sistemas universitarios, un aporte interesante lo constituye el informe La garantía de calidad y los criterios de acreditación en la educación superior. Perspectivas internacionales. Este estudio fue diseñado para acompañar el proceso de las agendas nacionales en materia de calidad de la educación superior realizado por el Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC).  


Enfocado en los procesos de acreditación, tanto de instituciones como de programas de educación superior, el trabajo examina la labor de las diez agencias de garantía de calidad en sus contextos políticos y señala cuestiones críticas de los procesos de acreditación, que van desde cómo incorporar los logros académicos de los estudiantes como un vector fundamental, hasta cómo promover la calidad en el respeto a la diversidad, sin olvidar quién debe evaluar la labor de las agencias y cómo hacerlo, como indica en su presentación.


El estudio fue diseñado por Francesc Pedró, director del IESALC, y desarrollado con la contribución de Aliandra Barlete, investigadora de la Universidad de Cambridge, y aborda distintas acepciones de la garantía de calidad (GC), entre ellas como el “proceso de generar confianza en que la provisión de educación cumple con las expectativas o por lo menos cubre unos estándares mínimos”, además de establecer puntos de referencia locales para la mejora del sistema de ES en su conjunto. “La GC también puede ser una herramienta para la autorregulación al aumentar la competencia entre instituciones y programas, por ejemplo, mediante el establecimiento de rankings nacionales”, según indican los autores.

Del análisis comparativo del estudio, se presentan algunas lecciones y recomendaciones: La primera que desarrollar una cultura de calidad para la enseñanza y el aprendizaje de los estudiantes, así como para crear condiciones para garantizar y mejorar los estándares académicos dentro de las IES, requerirá de la participación activa de los líderes de una institución y del personal académico.

La segunda lección es que, para garantizar la calidad y la acreditación, los procesos a evaluarse deben incluir: el diseño y la aprobación de nuevos módulos de curso y programas de estudio; procedimientos para la revisión de programas académicos; prácticas que rigen las normas de calificación e identificación; procedimientos que influyen en la evaluación de la enseñanza; procedimientos que afectan las evaluaciones estudiantiles; y otros componentes relevantes de los procesos generales de la institución para garantizar y mejorar los estándares académicos.

La tercera lección es que los instrumentos más efectivos y legítimos, en las opiniones del personal académico, poseen metodologías con revisores pares expertos capacitados y respaldados durante el proceso de revisión por personal profesional y emplean procedimientos y protocolos sistemáticos y estandarizados.

“Uno de los grandes desafíos de los procesos de aseguramiento de calidad no resueltos es la diversidad cultural. Es necesario establecer mecanismos de aseguramiento de la calidad que se fijen en cómo las instituciones de educación superior (IES) se van ajustando poco a poco. Hoy en día nos damos cuenta que lo más útil es ayudar a cada una de las IES a mejorar su calidad. No podemos seguir basándonos en estándares institucionales. Tenemos que ir un paso más allá, contextualizando el trabajo de cada institución y reconocerla en su diversidad”, sostuvo Francesc Pedró en el foro de presentación.