23 septiembre 2009

Preguntas de siempre


Las grandes preguntas de siempre en la poesía de un notable de nuestra literatura: "De que nada se sabe" de Jorge Luis Borges

La luna ignora que es tranquila y clara
y ni siquiera sabe que es la luna;
la arena, que es la arena. No habrá una
cosa que sepa que su forma es rara.
Las piezas de marfil son tan ajenas
al abstracto ajedrez como la mano
que las rige. Quizá el destino humano
de breves dichas y de largas penas
es instrumento de otro. Lo ignoramos;
darle nombre de Dios no nos ayuda.
Vanos también son el temor, la duda
y la trunca plegaria que iniciamos.
¿Qué arco habrá arrojado esta saeta
que soy? ¿Qué cumbre puede ser la meta?
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11 septiembre 2009

Maestros de vida

El mes de setiembre evoca para los argentinos una fecha especial: el día del maestro que se celebra el 11 de septiembre como homenaje al gran educador y presidente de la Nación Domingo F. Sarmiento.


En la vida todos hemos tenido maestros que han dejado huellas tan queridas como imborrables, algunas tan insulsas como olvidables, desde experiencias, saberes, anécdotas hasta formas de enseñar y de hablar, miradas y semblantes que en su momento gravitaron de distinta manera en nuestra motivación e interés por ir a la escuela cada mañana como en nuestra formación como personas.

Si hoy nos sinceramos acerca de la realidad vivida en la escuela, podremos ver que allí no todo fue igual ni todo fue satisfactorio y adecuado, pero sí rescatamos con emoción y gratitud la presencia de maestros que nos han marcado intensamente en nuestra educación.


También hay otros "maestros de la vida" que sin tener escuela ni intenciones de enseñar, sin proponérselo, nos han sugerido y ofrecido saberes, testimonios, marcos éticos, conductas y pensamientos que orientan nuestros pasos en el amplio y denso territorio de la vida cotidiana. Cada uno de nosotros podrá retener y evocar esas fuentes de sabiduría que de manera visible o transparente tenemos presente como referentes de la vida.

Nos asomamos a la obra del escritor ecuatoriano Eduardo Mora Anda y encontramos un poema donde él proyecta algunos de sus maestros de vida:

Antonio Berni, La música

Éstas son mis raíces: determinados libros, los árboles, los bosques, el mar, los arroyos, ríos.
Gandhi y la libertad.
Cristo en medio de nosotros.
Los prados verdes, las hojas, el viento fresco, la calma y el silencio de los campos.
Walden, Florencia y Vivaldi.
La reunión conmigo mismo y la esencia de lo vivo.
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01 septiembre 2009

Galería de lectores























































La galería histórico-social de lectores y libros que hoy compartimos da cuenta del largo y sostenido camino que el hombre ha recorrido con una de sus creaciones culturales más emblemáticas y trascendentes. La diversidad cultural no excluye la unidad de sentido que entraña la lectura en cualquiera de sus soportes, en cualquier idioma, en cualquier tiempo y espacio donde la persona se enfrente a un texto y quiera apropiarse de su contenido.


Un itinerario tan rico como fecundo que ha sido interpretado y analizado por distintos referentes de la historia de la literatura, como Jorge Luis Borges quien señalaba:

"De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro, todas los demás son extensiones de su cuerpo... Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria".

El escritor mexicano Carlos Fuentes coincidía con Borges, cuando afirmaba que "El libro, objeto frágil y poderoso, nos permite compartir la imaginación del mundo".

En esa andadura de lecturas no faltan los rituales y sensaciones singulares que surgen como cuando abrimos un libro viejo que rescatamos de olvidados estantes o de añejas bibliotecas. José Saramago, uno de los ganadores del Premio Nobel de Literatura, decía:

"No hay nada más entrañable que el libro viejo. Las páginas de los libros han pervivido más de cuatrocientos años y siguen ahí, con las palabras guardadas para nosotros, con ese olor a viejo que evoca sensaciones al lector, al contrario que la pantalla de la computadora, donde no se puede derramar ni una lágrima".

André Maurois destaca el virtual diálogo que se establece cuando leemos y así lo expresa:
"La lectura de un buen libro es un diálogo incesante en que el libro habla y el alma contesta"
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