03 noviembre 2010

Comunicación: los más y los menos en tiempos de abundancia tecnológica


Los siglos XIX y XX nos aportaron algunos inventos tecnológicos que se instalaron como promesas importantes para el progreso y el bienestar de todo el mundo, como el telégrafo, la radiofonía, el cine, la televisión...

En los albores del siglo XXI prosperan otros dispositivos que se caracterizan por la trasmisión de múltiples mensajes multimedia que posibilitan las comunicaciones uno a uno, uno a muchos, y muchos entre sí. Hoy en la era de las TIC, la separación de las coordenadas espacio y tiempo supone para muchos promotores y defensores de la industria de las telecomunicaciones, un mayor impacto en las comunicaciones entre personas, grupos y pueblos, que avanzan en todos los sectores de la vida política, social, cultural y económica.

Fuera de la lógica determinista de esos discursos, vemos que ese impacto potencial de la tecnología no produce ni genera transformaciones que se vinculen con comunicaciones sociales más abiertas y reflexivas, ni con una mayor democratización de los espacios ni con la distribución equitativa de bienes simbólicos como son la información y el conocimiento.

Néstor García Canclini (Los Paraísos de la comunicación, 1998) argumenta que las altas expectativas que generan los artefactos y medios tecnológicos para democratizar las comunicaciones, son muy viejas y así lo señala:
"Esta actitud no es nueva; aparece cada vez que las comunicaciones (tanto los transportes como la transmisión de signos) experimentan saltos tecnológicos importantes. Ya desde comienzos del siglo XIX, la comunicación se presentaba como garante de una democracia renovada y como remedio contra la crisis económica. A través de las eras del vapor, de la electricidad, de las ondas, de la imagen animada y de la telemática, esa misma idea no ha cesado de renovarse con cada generación técnica".

La educación no es ajena a las innovaciones tecnológicas y a los discursos que pregonan cambios que -sabemos- son imposibles de realizar si no hay concurrencia de variados factores de desarrollo e integración de pueblos y naciones. Aunque también es cierto que en las aulas es posible crear situaciones y proyectos en el que las TIC sean aliadas para que los chicos, adolescentes y jóvenes sean lectores, autores/editores y productores de mensajes críticos y reflexivos que refieran a su tiempo socio-histórico.
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