Uno de los aspectos que devienen de la sociedad en red o sociedad de la información es el planteo de nuevas brechas entre pueblos, grupos e individuos, en este caso se habla de brechas digitales, esto es de la gran diferencia que existe entre quienes acceden y usan las TIC y aquellos que no acceden o no las utilizan.
Como vemos, no se trata sólo de un problema de conectividad y de equipamiento o infraestructura, sino que se abren otras perspectivas que se vinculan con los usos y aplicaciones de las TIC en la realidad social y en el contexto de vida de cada persona.
Así, distintos organismos internacionales como la UIT, Unión Internacional de Telecomunicaciones, postulan tres tipos de brecha digital: la de acceso, que distingue entre las personas que pueden acceder a las TIC y las que no pueden; la de uso, basada en las personas que saben utilizarlas y las que no; y las de la calidad del uso, que apunta a los matices y diferencias posibles entre las competencias que desarrollan los usuarios.
Reconocer estas vertientes es lo que nos posibilita que diferenciemos también distintas políticas, estrategias y acciones para reducir las brechas digitales en un tiempo determinado.
No obstante, es importante considerar que las brechas digitales son una expresión de las brechas sociales que surgen de la condición de género, edad, pertenencia cultural, lugar geográfico o posición socioeconómica, y por las combinaciones entre esos factores.
Las políticas gubernamentales y educativas, los programas de conectividad, de entrega de computadoras, de alfabetización digital y de innovación educativa, pueden ser los caminos convergentes para atenuar las brechas digitales reconociendo los contextos sociales en que se encuentran los sujetos y pueblos. Se trata de factores múltiples que en forma conjunta generan sinergia para los cambios esperados en materia de educación para los ciudadanos.
----------------------------------------------
