23 octubre 2011

Preguntas aún sin respuestas

Más allá de las actividades cotidianas, siempre hay tiempo para hacernos y plantearnos las grandes preguntas sobre la vida en nuestra sociedad, sobre los problemas sociales aún no resueltos en siglos y siglos, sobre los fines y valores que buscamos cuando hacemos educación...
Interrogantes que no son patrimonio de filósofos e intelectuales, sino que surcan diversidad de situaciones y de actividades. Hoy quiero compartir las preguntas que se plantea el influyente músico norteamericano Bob Dylan, siempre preocupado por los temas sociales.


Flotando en el viento     Bob Dylan



¿Cuántos caminos debe recorrer un hombre


Antes de que le llaméis hombre?


¿Cuántos mares debe surcar la blanca paloma


Antes de dormir sobre la arena?


¿Cuántas veces deben volar las balas de cañón


Antes de ser prohibidas para siempre?


La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento,


La respuesta está flotando en el viento,






¿Cuántas veces debe un hombre mirar hacia arriba


Para poder ver el cielo?

¿Cuántos oídos debe tener un hombre


Para poder oír a la gente llorar?

¿Cuántas muertes serán necesarias para que comprenda

Que ya ha habido demasiados muertos?

La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento,

La respuesta está flotando en el viento,




¿Cuántos años puede permanecer una montaña

Antes de ser arrastrada al mar?

¿Cuántos años pueden algunas gentes vivir

Antes de conocer la libertad?

¿Cuántas veces puede un hombre volver la cabeza

fingiendo no ver nada?

La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento,

La respuesta está flotando en el viento.

Versión de Marcelo Covian

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15 octubre 2011

Una mirada crítica sobre las tecnologías en la educación según Steve Jobs

Al despedir a Steve Jobs, el cofundador de Apple y creador de tantos dispositivos que fascinan por su diseño, belleza y funcionalidad, quiero recuperar su mirada crítica, nada complaciente ni optimista en exceso, sobre el lugar de las tecnologías en las instituciones eductivas y su relativo impacto si no se dan otras condiciones para el mejoramiento de un proceso tan complejo y multidimensional como es el educativo.

Sencillamente, la reflexión de Jobs que transcribo es tan cierta como despojada de todo interés comercial volcado a la imposición de artefactos tecnológicos en las escuelas. Así se expresó este visionario de las computadoras personales, de la telefonía móvil y de la música digital: 

Antes pensaba que la tecnología podía ayudar a la educación. Fui un precursor al donar a las escuelas más equipamiento de computación que nadie en el planeta. Pero he llegado a la conclusión de que no se puede esperar que la tecnología resuelva el problema. Lo que está mal con la educación no puede ser solucionado con la tecnología. Ninguna cantidad de tecnología puede tener un impacto positivo. No se resolverá el problema colocando todo el conocimiento en un CD-rom. Podemos conectar cada escuela a la Internet; nada de esto es malo. Pero lo es si ello nos induce a pensar que estamos haciendo algo para resolver el problema de la educación.


                         Steve Jobs. The next insanely great thing, en Wired, febrero 1996.

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07 octubre 2011

Inteligencia colectiva ¿en alza?







Las TIC en sus variantes que permiten la conformación de comunidades virtuales proclives al intercambio de información y a la gestión compartida de conocimiento, abren el debate acerca del lugar y del sentido de la inteligencia colectiva. Más allá de sus virtuosas potencialidades y,o, de las desmesuradas expectativas que hay en torno de ella, es hora de discutir sobre resultados y evidencias de estudios que se hayan realizado en los últimos años.


¿Cuáles son los fundamentos y significados en torno a la inteligencia colectiva? Recuperamos el pensamiento de Pierre Lévy (2004) quien sostiene:


“El proyecto de inteligencia colectiva valoriza la técnica, no por ciega
fascinación, sino porque ella abre el campo de acción. Las competencias y dispositivos técnicos son preciosos por dos razones, primeramente como productos, cristalización y memoria de la actividad humana y después como instrumentos potenciales de aumento de las capacidades de conocer, de sentir, de actuar y de comunicar, como interfaz entre lo posible y lo factible. Desgraciadamente se pueden gastar, de manera que ello provoca globalmente una disminución de potencia y más exclusión que
sociabilidad. Por esta vía se malgastan las cualidades humanas: las de los productores - porque se habrá puesto al servicio de la destrucción una inteligencia depositada en las cosas - y las de las víctimas. No explotar las técnicas disponibles es signo también de despilfarro: los inventores habrán trabajado en vano y los posibles beneficiarios habrán sido privados de un aumento de cualidades.


Es, en definitiva, el grado de inteligencia colectiva actuando en una situación determinada, lo que condiciona el valor humano de las técnicas. Todo depende de la capacidad del colectivo para valorizar la potencia propia de las competencias prácticas y dispositivos materiales - ensanchar el campo de lo factible - en el sentido de un enriquecimiento global de lo humano.”

Fuente: Inteligencia colectiva: por una antropología del ciberespacio. Pierre Lévy. 2004. Organización Panamericana de la Salud. Biblioteca virtual en Saúde.



Las instituciones educativas como espacios emblemáticos de formación, tienen un rol importante e indelegable en la tarea de ensanchar el mundo real y simbólico para los ciudadanos de la sociedad de la información y de la cultura digital.


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