Sencillamente, la reflexión de Jobs que transcribo es tan cierta como despojada de todo interés comercial volcado a la imposición de artefactos tecnológicos en las escuelas. Así se expresó este visionario de las computadoras personales, de la telefonía móvil y de la música digital:
Antes pensaba que la tecnología podía ayudar a la educación. Fui un precursor al donar a las escuelas más equipamiento de computación que nadie en el planeta. Pero he llegado a la conclusión de que no se puede esperar que la tecnología resuelva el problema. Lo que está mal con la educación no puede ser solucionado con la tecnología. Ninguna cantidad de tecnología puede tener un impacto positivo. No se resolverá el problema colocando todo el conocimiento en un CD-rom. Podemos conectar cada escuela a la Internet; nada de esto es malo. Pero lo es si ello nos induce a pensar que estamos haciendo algo para resolver el problema de la educación.
Steve Jobs. The next insanely great thing, en Wired, febrero 1996.