23 mayo 2014

¿Qué significa buenas prácticas de enseñanza?

En primer lugar es preciso aclarar que la expresión "buenas prácticas" procede del campo empresarial y que luego se extendió al mundo educativo en busca de establecer y debatir acerca de la calidad de los procesos y resultados educativos y de las mejoras que se imponen para contribuir a un cambio positivo. Si bien no alentamos la mera extrapolación y transferencia de conceptos del mercado, de la empresa y del marketing al mundo de la educación, pensamos que el uso de la expresión de buenas prácticas en la enseñanza o buen hacer educativo supone estudiar las condiciones, estrategias, acciones, agentes y recursos que se ponen en juego cuando se habla de ello.

Una somera exploración del significado de buenas prácticas educativas, nos remite a Epper y Bates (2004) cuando atribuyen a ese concepto las siguientes características:
- Contribuye a mejorar el desempeño de un proceso.
- Responde a una experiencia sistematizada, documentada y experimentada.
- Su diseño se realiza desde un enfoque innovador.
- Aplica métodos de excelencia basados en la innovación.

Según De Pablos y González (2007) por buena práctica "se entiende un modelo/ejemplo de una actividad realizada con resultados satisfactorios que responden a una visión compartida de y constituyen el reflejo/producto de la identidad de un determinado contexto donde se lleva a cabo". Además, las buenas prácticas “no deben entenderse como la mejor actuación imaginable sobre un contexto específico, sino actuaciones que suponen una transformación de las formas de funcionamiento habituales y que constituyen el germen de un cambio positivo en las prácticas tradicionales”. Agregan que un rasgo inherente al concepto de buenas prácticas es el carácter de "transferibilidad" y "exportabilidad".

Por su parte, Rodríguez Cagiao (2012) elabora el concepto del buen hacer educativo expresando: "El buen hacer educativo son aquellas intervenciones educativas exitosas (docentes o institucionales) que, exigiendo un esfuerzo intelectual consciente y constante de reajuste y replanteamiento de la propia práctica, crean las circunstancias que conducen al aprendizaje significativo/relevante en los estudiantes mientras influyen positiva, sustancial y sostenidamente en sus formas de pensar, actuar y sentir. El diseño de estas prácticas tiene un enfoque innovador, asumiendo que la categoría de las hace merecedoras de ser un modelo/ejemplo extrapolable y transferible a otros contextos. Además, deben de poseer otra característica, y es que sean reconocidas por los demás (para lo cual necesitan hacerse visibles)". 

Pensamos que estas ideas abren un necesario debate en donde todos los docentes somos partícipes para autoevaluar nuestras intervenciones y prácticas de enseñanza, reflexionar sobre ellas y hacerlas visibles para compartirlas con colegas y la comunidad educativa.

Referencias:

De Pablos, J. y González, T. (2007). Políticas educativas e innovación educativa apoyada en TIC: sus desarrollos en el ámbito autonómico. Actas de las II Jornadas Internacionales sobre Política Educativa para la Sociedad del Conocimiento. Granada.

Epper, R. y Bates, A. (2004). Enseñar al profesorado cómo utilizar la tecnología. Buenas prácticas de instituciones líderes. Barcelona: Editorial UOC.

Rodríguez Cagiao, H. (2012). Una definición original de "Buenas prácticas". Fortalezas y debilidades de la adopción del término en EducaciónCongreso Internacional de Docencia Universitaria e Innovación, 4-6 julio de 2012. Barcelona.