21 noviembre 2015

Formación y educación a distancia: claves conceptuales

En los relatos y discursos cotidianos del ámbito educativo vemos que se utilizan y se articulan de manera indistinta algunos conceptos sustantivos que los filósofos y educadores se ocupan de diferenciar buscando esclarecer la esencia y fundamento de cada uno de ellos. 

Eso sucede cuando hablamos de formación y de enseñanza, términos que no son precisamente análogos y que Michel Bernard aborda en su libro “Formación, distancias y tecnología” (Pomares, 2006). Este profesor francés nos invita a profundizar en el concepto de formación y para ello revisa los aportes de Michel Fabre, Marcel Lesne, Bernard Honoré y Jacques Ardoino con el propósito de comprender a la persona en su totalidad lo cual supone considerar su dimensión existencial, relacional-social, ética-axiológica.

Para Bernard la formación implica una visión –una noción de futuro enraizada en el sentido de la propia existencia–, y una misión, la de “producir la propia formación, pero en relación y cooperación con el otro” (ob. cit., pág. 33), y con ello enfatiza el carácter relacional de la misma.

Diferencia la formación de la enseñanza, señalando que la formación es (o debería ser) la acción, el arte y la ciencia de crear condiciones y procedimientos para ayudar a “poner en forma” o trabajar la “forma”, es decir, para contribuir a que otro vaya formando su ser en proceso de desarrollo, aprovechando sus múltiples atributos (ob. cit., pág. 41).

Para Bernard, la enseñanza refiere a la transmisión de saberes a los aprendices, mientras que la formación supone crear condiciones y procesos para la construcción, la apropiación, la utilización y la creación de conocimientos.

En esa línea, este autor destaca la importancia que adquiere la formación para generar y promover la autonomía, de manera que sea la propia persona en formación quien termine por conducir su propio proceso. Afirma: “Producir la propia formación es construir el propio camino y ser capaz de dirigirse a sí mismo, siempre en relación con otros” (ob. cit., pág. 107).

Desde esa perspectiva y posicionados en el campo de la educación a distancia, resulta fundamental entender que cuando diseñamos e implementamos acciones en línea o virtuales, la variable  “distancia” más que un obstáculo para la formación es una oportunidad para que el estudiante construya su propio  camino, siempre en relación con pares y profesores.