Informe Horizon 2017:
se afirman las tendencias
Todos los años el consorcio NMC (New Media Consortium) publica y difunde el informe
Horizon sobre tendencias de innovaciones educativas con uso de TIC en la educación superior en diferentes países. Para llegar a los resultados, esta asociación analiza los proyectos educativos implementados, aborda los retos a los que se enfrenta la comunidad educativa y descubre las tendencias metodológicas y los cambios en un período de cinco años.
A continuación comparto las seis tendencias que consolidan
las que se difundieron en el 2016 y que, según los especialistas, van a generar
impacto a largo, mediano y corto plazo.
A corto plazo (de ahora en 1 año):
Diseños de
aprendizaje, mixtos o combinados: Se consolida como una tendencia en todas
las etapas de aprendizaje. La mezcla de los entornos tradicionales con nuevos
entornos digitales, ya sea en dispositivos móviles, en vivo o en la nube, parece
que está siendo adoptada por todo el universo educativo.
Aprendizaje
colaborativo: Como gran novedad, en este informe se propone una tendencia
que se está instalando hace tiempo en muchas aulas. Quizás nos sorprenda que
algo tan natural como colaborar para enseñar y para aprender, hoy sea una
tendencia novedosa… Según el informe Horizon los cuatro principios que
apuntalan el aprendizaje colaborativo son:
Poner al estudiante como centro
Potenciar la comunicación y la
interacción
Trabajar en grupos
Resolver o diseñar soluciones
para situaciones y retos reales
A medio plazo (para 2 o 3 años en adelante):
Mayor enfoque en las
métricas de aprendizaje: Hay una búsqueda de métricas de todo tipo para
demostrar la adquisición de las capacidades “deseables” en el alumnado. Un
valor añadido es que según se van adoptando técnicas de análisis de aprendizaje
y minería de datos, se puede trazar las interacciones de los estudiantes con
los entornos digitales, sus progresos y su estado, y buscar la detección
temprana de problemas y los factores que los provocan.
Rediseño de los
espacios de aprendizaje: Otra más de las tendencias de 2016 que siguen
vigentes en este informe de 2017. Aprovechando los avances en tecnologías
multimedia e inalámbricas, crear con ellas espacios más “inteligentes”,
motivadores y que permitan un aprendizaje más interactivo, colaborativo y
motivador. Un objetivo: recrear los ambientes laborales y sociales reales,
generando un aprendizaje basado en la resolución de problemas
interdisciplinares de forma más colaborativa.
A largo plazo:
Promover la cultura
de la innovación: tanto en la educación superior como en otras etapas, se
sigue avanzando en el cambio desde el esquema tradicional basado en una
sucesión de clases y lecturas y ejercicios memorísticos. Se buscan enfoques más
prácticos, donde se potencie la creatividad y el diseño de soluciones
innovadoras, principalmente teniendo como destino los problemas sociales del
entorno. Ésta sigue siendo una tendencia tan actual como ambiciosa, y
cotidianamente nos encontramos con ejemplos ilustradores e inspiradores. Pero
como toda gran inversión, aún le queda tiempo para ver el fruto de su impacto.
Aprendizaje profundo:
Este término (en inglés Deeper Learning), acuñado así por la William and Flora
Hewlett Foundation http://www.hewlett.org/strategy/deeper-learning/ viene
apareciendo en los últimos Informes Horizon de NMC. Apunta al aprendizaje que
incluya pensamiento crítico + resolución de problemas + colaboración +
aprendizaje personalizado = Alquimia educativa.
¿Cuáles son los retos de difícil definición y solución? Al respecto, el Informe Horizon se plantea al menos dos cuestiones:
¿Qué hacer con la
obsolescencia del conocimiento?
Las herramientas, las metodologías, la tecnología, la propia
sociedad, la presión de la financiación; todo avanza a una velocidad
vertiginosa y el número de nuevas posibilidades emocionantes se dispara. Pero
esto supone que el personal educativo ha de mantenerse actualizado al mismo
ritmo. ¿Dónde está el límite en la capacidad de absorción de novedades y de
filtrado de información útil?
Repensar los roles de
los educadores y las expectativas que se tiene sobre ellos: cada vez más se
espera que el educador se convierta en una suerte de hombre orquesta, que
maneje la tecnología del momento, investigue, innove, colabore con otros grupos
dentro y fuera de su centro, que guíe a sus estudiantes y les motive, que siga
autoformándose, que evalúe, haga informes, divulgue… y sobreviva. Y esto,
mezclado con el aprendizaje informal y los nuevos usos que los estudiantes
imponen a la tecnología para el aprendizaje, ha despertado corrientes de pensamiento
que proponen cambios en la forma en la que los educadores incorporan estas
novedades en su enseñanza y formación, incluyendo las redes sociales y las
herramientas en la nube.