23 mayo 2017

Nuevas estrategias: dar clase con la boca cerrada

Nuestra trayectoria escolar y universitaria se encuentra mayoritariamente ocupada por las clases con eje en la verbalización oral, la exposición oral y la narrativa oral a cargo del profesor. ¿Cuán efectiva es esta práctica de enseñanza tan antigua y convencional que hoy sigue siendo una representación social básica de lo que significa “dar clase”?

Pues bien, Donald Finkel, quien fuera profesor en varias universidades estadounidenses, en su libro Dar clase con la boca cerrada (traducido al español en 2008 por la Universidad de Valencia) propone un camino complementario inspirado en el principio de dar poder al alumno para expresar sus capacidades y “negarse a hacer lo que deben hacer los estudiantes por sí mismos”. No es que Finkel excluya a la narración oral o clase magistral del profesor sino que intenta complementarla con otra estrategia metodológica que ubica al estudiante en el centro del proceso educativo. Tampoco piensa que dar poder al alumno para descubrir y construir conocimiento por sí mismo signifique que el docente pierda autoridad, ya que ésta representa un valor y una función social delegada por el Estado.

Finkel desarrolla su pensamiento pedagógico-didáctico bajo la influencia de referentes del campo filosófico-educativo: Piaget, Dewey, Rousseau, la figura de Sócrates a través de los diálogos socráticos de Platón, Freud, Hannah Arendt, Freire, Illich.

El método propuesto por Finkel gira en torno al concepto de comunidad de indagación que así describe: “El cambio a una enseñanza centrada en la indagación modifica la mayoría de los aspectos de la vida en el aula y permite al profesor enseñar con la boca cerrada. Es la indagación la que enseña (...) e induce a uno a aprender. Yo confiaba en aprender de la asignatura que puse en marcha, al igual que mis estudiantes. Y esperábamos compartir los resultados de nuestro aprendizaje con los demás”.

Esta comunidad de indagación requiere que el docente organice el ambiente propicio con preguntas significativas, materiales, bibliografía (“dejar que hablen los libros”), grupos de trabajo, seminarios... A esta fase de indagación le sigue la práctica de escritura que para Finkel constituye un instrumento eficaz para facilitar el aprendizaje, dado que los estudiantes pueden observar y ajustar el discurso a su propio ritmo, detenerse y pensar, releer el trabajo, o tomar distancia respecto al autor/es del trabajo. Esta instancia, señala, les permitirá comprender mejor lo que se dice y formular las respuestas de forma más sencilla.

También Finkel se refiere a la evaluación y describe cómo encara esta práctica en el mundo universitario:
En la universidad en la que doy clase (The Evergreen State College) nunca se dan notas; se reemplazan por evaluaciones narrativas por escrito que acaban formando parte del expediente formal del estudiante. Los profesores escriben ensayos breves que describen las fortalezas y flaquezas de los estudiantes, y sus logros concretos en la asignatura específica; no se les obliga a promediar o a colapsar todos esos detalles en un símbolo calificador, un número, una letra o una palabra. La ausencia de calificaciones en la universidad anima el espíritu de colaboración necesario para la indagación en grupo. Ésa es la razón por la que lo menciono aquí. Un profesor cuya institución le dispense de repartir calificaciones podría hacer bien persiguiendo una asignatura centrada en la indagación. Pero otro que no disfrute de esa opción no debe desesperar. Siempre que mantenga las calificaciones en un último plano y organice su asignatura de forma que la 'competición por las notas' se mantenga en un mínimo, un profesor no tendrá problema alguno en promover la indagación en grupo en su aula.


Entendemos que la lectura de este libro más allá de aportar nuevas estrategias didácticas para dar protagonismo al estudiante en su proceso de aprendizaje, con más participación y responsabilidad, es una contribución para que los educadores mantengamos viva una conversación sobre los desafíos de la educación en el mundo actual.