Las
perspectivas que se abren con las TIC son innumerables y en el campo educativo,
aún hay mucho por hacer tanto en lo referido a su potencial para mejorar la
enseñanza y el aprendizaje como a los riesgos que puede insumir un uso
inapropiado.
Pensemos en las relaciones e interacciones que se dan entre
estudiantes cuando el uso de los teléfonos móviles y las redes sociales se destina
al acoso que, ubicados en la cibercultura, hoy se denomina ciberbullyung o ciberacoso. Se
trata de relaciones agresivas y ofensivas que se ocultan en el anonimato, que
no se abordan en la escuela por su invisibilidad o por la indiferencia
institucional, que trastornan el proceso de aprendizaje y la integración de los
estudiantes a la escuela con el consecuente abandono de los estudios por la desesperación
y el aislamiento del sujeto que es centro de hostigamiento, denigración, suplantación
de identidad, violación de intimidad y persecución a través de las pantallas.
Si bien
es cierto que estas conductas agresivas muchas veces son invisibles para las
autoridades escolares y los padres, y silenciadas por las víctimas por
vergüenza o indefensión, resulta fundamental observar y atender lo que pasa en
el espacio institucional, cómo se tejen los vínculos y cómo se relacionan los chicos y adolescentes entre sí.
Bajo esta situación preocupante en distintas latitudes, se ubica un estudio (2017) realizado por Domínguez-Alonso, Vázquez-Varela
y Nuñez-Lois, titulado Cyberbullying
escolar: incidencia del teléfono móvil e internet en adolescentes, publicado
por la revista electrónica Relieve, 23(2). El objetivo del estudio está
enfocado a conocer la prevalencia de las formas de cyberbullying (teléfono
móvil e internet) y cómo éstas se ven influenciadas por las variables
personales y escolares. Se trabajó con una muestra formada por un total de 749 alumnos
de Educación Secundaria Obligatoria, de Galicia, con edades comprendidas entre los 12 y los
15 años. Para la recogida de información se utilizó un cuestionario “ad hoc”
(datos socio-escolares) y la escala de Victimización entre Adolescentes
a través del Teléfono Móvil y de Internet (CYBVIC) (Buelga, Cava & Musitu,
2012).
De un primer análisis descriptivo, se obtienen porcentajes similares
pero con ligera prevalencia en los actos de acoso a través del teléfono móvil
(18.6%) sobre internet (12%) de los adolescentes. Asimismo, entre las formas de
comportamiento que implican agresiones, tanto a través del teléfono móvil e
internet, despuntan la denigración y la violación de la intimidad. Además, los
datos indican que los adolescentes con mayor predisposición a sufrir
cyberbullying a través del teléfono móvil e internet serían chicas entre trece
y quince años, con alguna materia suspensa y que viven en familias
desestructuradas.
Podemos acceder al estudio en: