01 junio 2018

Ayer: acoso. Hoy: ciberbullying


Las perspectivas que se abren con las TIC son innumerables y en el campo educativo, aún hay mucho por hacer tanto en lo referido a su potencial para mejorar la enseñanza y el aprendizaje como a los riesgos que puede insumir un uso inapropiado. 

Pensemos en las relaciones e interacciones que se dan entre estudiantes cuando el uso de los teléfonos móviles y las redes sociales se destina al acoso que, ubicados en la cibercultura, hoy se denomina ciberbullyung o ciberacoso. Se trata de relaciones agresivas y ofensivas que se ocultan en el anonimato, que no se abordan en la escuela por su invisibilidad o por la indiferencia institucional, que trastornan el proceso de aprendizaje y la integración de los estudiantes a la escuela con el consecuente abandono de los estudios por la desesperación y el aislamiento del sujeto que es centro de hostigamiento, denigración, suplantación de identidad, violación de intimidad y persecución a través de las pantallas.


Si bien es cierto que estas conductas agresivas muchas veces son invisibles para las autoridades escolares y los padres, y silenciadas por las víctimas por vergüenza o indefensión, resulta fundamental observar y atender lo que pasa en el espacio institucional, cómo se tejen los vínculos y cómo se relacionan los chicos y adolescentes entre sí.

Bajo esta situación preocupante en distintas latitudes, se ubica un estudio (2017) realizado por Domínguez-Alonso, Vázquez-Varela y Nuñez-Lois, titulado Cyberbullying escolar: incidencia del teléfono móvil e internet en adolescentes, publicado por la revista electrónica Relieve, 23(2). El objetivo del estudio está enfocado a conocer la prevalencia de las formas de cyberbullying (teléfono móvil e internet) y cómo éstas se ven influenciadas por las variables personales y escolares. Se trabajó con una muestra formada por un total de 749 alumnos de Educación Secundaria Obligatoria, de Galicia, con edades comprendidas entre los 12 y los 15 años. Para la recogida de información se utilizó un cuestionario “ad hoc” (datos socio-escolares) y la escala de Victimización entre Adolescentes a través del Teléfono Móvil y de Internet (CYBVIC) (Buelga, Cava & Musitu, 2012). 

De un primer análisis descriptivo, se obtienen porcentajes similares pero con ligera prevalencia en los actos de acoso a través del teléfono móvil (18.6%) sobre internet (12%) de los adolescentes. Asimismo, entre las formas de comportamiento que implican agresiones, tanto a través del teléfono móvil e internet, despuntan la denigración y la violación de la intimidad. Además, los datos indican que los adolescentes con mayor predisposición a sufrir cyberbullying a través del teléfono móvil e internet serían chicas entre trece y quince años, con alguna materia suspensa y que viven en familias desestructuradas.

Podemos acceder al estudio en: