14 junio 2018

Evaluar en la era digital


Si promovemos el uso de las TIC en el ámbito educativo es razonable que pensemos también en nuevos modos de evaluar los aprendizajes que destaquen las competencias digitales y las estrategias que desarrollan los estudiantes cuando aprenden con las tecnologías. Una evaluación que proponga la interacción del estudiante con el conocimiento en los entornos virtuales de aprendizaje.
No se trata de promover los cuestionarios o pruebas en línea con respuestas cerradas que tienen corrección automática que pueden fascinar por su rapidez e inmediatez. Se trata de pensar qué propuestas e instrumentos son los más apropiados y creativos para que los estudiantes elaboren respuestas y alternativas de solución para resolver problemas y situaciones de las disciplinas en contextos variados. Propuestas que ofrezcan la posibilidad de comprender, aplicar y transferir la teoría y la práctica a variedad de casos y problemas, en donde sea imposible que el alumno presente respuestas estandarizadas, repetidas o copiadas de Internet.

El desafío es buscar y aplicar nuevas formas de evaluación que, utilizando fuentes de información y recursos multimediales digitales, interpele al estudiante para interpretar y resolver problemas y casos en donde convergen múltiples dimensiones y perspectivas teórico-prácticas.  

En línea con esta cuestión, Florentino Blázquez, Laura Alonso y Rocío Yuste presentan su libro La evaluación en la era digital (Editorial Síntesis, 2017), el cual reflexiona sobre los efectos y las exigencias que la era digital está reclamando a la educación, concretamente a los procesos de enseñanza y de aprendizaje, pero muy especialmente a su evaluación. Su finalidad es ofrecer a los docentes una revisión del papel de la evaluación en los entornos digitales en contextos educativos escolares, universitarios, formales y no formales. 
Destaca la aplicación práctica de la evaluación digital en contextos de aprendizaje colaborativo a través de dispositivos móviles y entornos personales de aprendizaje, entre otros; ofreciendo estrategias digitales de evaluación específicas en cada caso y sugerencias para la evaluación por competencias y para la acreditación de la autoría. De esta forma, el proceso de evaluación será capaz de generar un valor social en el aprendizaje y servirá para promover la innovación educativa, indispensable en el contexto educativo actual.