Entre
los debates contemporáneos de la sociedad se encuentra la perspectiva o enfoque
de género que va permeando en los distintos grupos e instituciones con el
propósito de promover la igualdad en las necesidades y los derechos tanto de
mujeres como de varones en los distintos ámbitos de la vida. Coincidimos con Yuliuva
Hernández García (2006) cuando dice: “Es probable que uno de los mayores logros
de las ciencias sociales en la contemporaneidad, haya sido el descubrimiento de
una categoría capaz de poner en tela de juicio el conocimiento acumulado
históricamente en su propio seno: el género”.
Ese
debate nos invita a reconocer oportunidades, estrategias y herramientas para la
igualdad en el ejercicio de los derechos, en donde la educación cumple un rol
sustantivo encuadrado en políticas públicas que implica, entre otros aspectos, revertir
las desigualdades entre varones y mujeres.
Retomamos la definición de género expuesta por Eleonor Faur en Desafíos para la igualdad de género en la Argentina, una
publicación del Programa Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, 2008. Faur
señala: El género es una categoría
construida, no natural, que atraviesa tanto la esfera individual como la social
(…) influye de forma crítica en la división sexual del trabajo, la distribución
de los recursos y la definición de jerarquías entre hombres y mujeres en cada
sociedad. En suma, la construcción social y cultural de las identidades y
relaciones sociales de género redunda en el modo diferencial en que hombres y
mujeres pueden desarrollarse en el marco de las sociedades de pertenencia, a
través de su participación en la esfera familiar, laboral, comunitaria y
política. De este modo, la configuración de la organización social de
relaciones de género incide sustantivamente en el ejercicio pleno de los derechos
humanos de mujeres y varones.
En ese
marco, la perspectiva de género permite analizar cómo operan las
representaciones sociales, los prejuicios y estereotipos en cada contexto
social. Podemos decir que el concepto de género abre y cuestiona “verdades
absolutas” que muchas veces naturalizan las desigualdades entre varones y
mujeres. Con los aportes de diversas Ciencias Sociales y de las Teorías de
Género fue posible reconocer las diferentes configuraciones sociohistóricas y
culturales del género y así superar el determinismo biológico.
En los
últimos años, las distintas teorías que trabajan con la perspectiva de género
se vieron enriquecidas con la presencia del movimiento de gays y lesbianas, los
estudios (incipientes) de las masculinidades y la aparición de la llamada teoría
queer que se ha dedicado a la elaboración teórica de la disidencia sexual y la
de-construcción de las identidades estigmatizadas, rechazando la clasificación
de los individuos en categorías universales como "homosexual",
"heterosexual"…
La gran pregunta es: ¿Cómo encarar la perspectiva de género en la educación? Compartimos un video del programa "Caminos de tiza" titulado El
desafío de educar con perspectiva de género, que puede ayudarnos a pensar e implementar estrategias para desarrollar en las aulas.
Hernández García, Y. (2006). Acerca del género como categoría analítica. Nómadas, Universidad Complutense de Madrid. Disponible en: http://webs.ucm.es/info/nomadas/13/yhgarcia.html