12 octubre 2019

Educar en la diversidad cultural


La diversidad cultural es un “fenómeno positivo y un factor de enriquecimiento y desarrollo para la sociedad, que surge de la conjugación de un amplio espectro de visiones del mundo, explicaciones, ideologías y manifestaciones de creatividad, que ofrecen a los ciudadanos variados modos de vida, individuales y colectivos y múltiples vías de evolución y desarrollo. La diversidad cultural es fuente de intercambios, innovación y de creatividad, tan necesaria para el género humano como la diversidad biológica para los organismos vivos. En este sentido, constituye el patrimonio común de la humanidad y debe ser reconocida y consolidada en beneficio de las generaciones futuras” (Declaración Universal de la UNESCO sobre Diversidad Cultural, 2001, Art.1).

Diego Rivera
Reconocemos que “la diversidad cultural puede convertirse en potencial de creatividad, crecimiento y desarrollo humano, o puede, por el contrario, erigirse en fuente de enormes tensiones sociales. Ello dependerá de cómo las políticas públicas, en este caso las educativas, aborden el tema. En América Latina ha prevalecido un concepto de desarrollo entendido como proceso de modernización homogeneizadora, donde la diversidad cultural –particularmente expresada en su población indígena y afrodescendiente– ha sido considerada una traba para el crecimiento, en lugar de una oportunidad de desarrollo.

Con el reconocimiento constitucional de la pluralidad étnica, lingüística y racial de las naciones, comienzan a generarse programas educativos para enseñar tanto las lenguas y culturas de las poblaciones indígenas como la predominante occidental, aunque esto no implicara del todo una valoración plena de las culturas de procedencia de sus estudiantes. La oficialización de este enfoque bilingüe bicultural, que aparece en la década de los setenta, se orientó hacia el fortalecimiento identitario, con fuerte énfasis en el rescate de las lenguas originarias, creando para ello una institucionalidad dentro de los ministerios de educación encargada del diseño de políticas y programas exclusivos para su población. El enfoque bicultural corresponde a una orientación educativa que considera la diversidad cultural como recurso. Se intenta potenciar la calificación del capital humano, recuperando sus diversidades e identidades”.

Fuente: UNESCO (2008). Educación y diversidad cultural: lecciones desde la práctica innovadora en América Latina. Santiago de Chile. Disponible en: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000162699