03 junio 2021

Elogio de la educación lenta: un paradigma para el debate

¿Sentimos que la sociedad contemporánea se caracteriza, entre otros aspectos, por la aceleración e inmediatez en la vida cotidiana? ¿Ese movimiento acelerado y esa velocidad nos plantean un ritmo vertiginoso sin mediar los tiempos y expectativas de cada persona? ¿Es posible disfrutar y construir sentidos en ese contexto? ¿De qué modo nos condiciona la velocidad cotidiana? ¿Esa tendencia también se vive en las escuelas?

Al mismo tiempo, vivimos en la cultura digital en donde prevalece un afán por adoptar las tecnologías de última generación para utilizarlas casi de modo frenético en todos los ámbitos de la vida cotidiana, sin mediar el tiempo para su uso crítico y reflexivo.


En este escenario tan complejo, el profesor Joan Domènech Francesch nos plantea un movimiento alternativo y diferente: el de la lentitud. Autor del libro Elogio de la educación lenta (2009, Editorial Graó), Joan Domènech propone “una nueva mirada centrada en el tiempo educativo con el propósito de obtener unos aprendizajes de mayor calidad. Es alejarse de la enseñanza ‘efímera’, que se desvanece al no ser comprendida, y apostar por un aprendizaje que transforme al aprendiz, que le sirva para enfrentarse a una sociedad compleja y de gran incertidumbre”.

Agrega que en la escuela el tiempo está fragmentado, cuantificado y colonizado, al igual que el saber. Cada vez tenemos más presente la idea "más rápido, más aprendizajes y cuanto antes mejor" pero tenemos que ser conscientes de que "no se puede hacer crecer los árboles estirando de sus hojas". La vida y el aprendizaje tienen su tiempo.

La educación lenta es un paradigma que no pretende hacer las cosas despacio, sino saber encontrar precisamente el tiempo justo para cada cual y para cada actividad pedagógica. Educar para la lentitud significa respetar el ritmo de cada niño y el tiempo de cada aprendizaje.

Joan Domènech formula 15 principios importantes para sostener la educación lenta en la infancia y adolescencia:

1. La educación es una actividad lenta.

2. Las actividades educativas tienen que definir el tiempo necesario para ser realizadas, y no al revés. 

3. En educación, menos es más.

4. La educación es un proceso cualitativo. 

5. El tiempo educativo es global y está interrelacionado.

6. La construcción de un proceso educativo tiene que ser sostenible. 

7. Cada niño –y cada persona- necesita un tiempo específico para aprender. 

8. Cada aprendizaje tiene que realizarse en el momento oportuno. 

9. Para conseguir aprovechar más bien el tiempo hay que priorizar las finalidades de la educación y definirlas.

10. La educación necesita tiempo sin tiempo.

11. Hay que devolver tiempo a la infancia. 

12. Tenemos que repensar el tiempo de las relaciones entre persones adultas y niños. 

13. El tiempo de los educadores se tiene que redefinir.

14. La escuela tiene que educar el tiempo.

15. La educación lenta forma parte de la renovación pedagógica.