En el ámbito de la educación a distancia la cuestión de las
formas e instrumentos de evaluación virtual de los aprendizajes es un tema central y
relevante que nos demanda definir e implementar nuevos formatos que van de la mano
del potencial de las tecnologías de la información y la comunicación, y que sitúa a los docentes en un rol fundamental en tanto son los responsables de repensar
y diseñar pruebas/exámenes que no sólo sean significativos para verificar los conocimientos
y capacidades en los estudiantes sino que eliminen toda posibilidad de la copia
de respuestas, ya sea a través de libros, apuntes y fuentes de Internet.
En este escenario, compartimos un artículo de Ángel Fidalgo
(2021) que nos ofrece algunos criterios para tomar decisiones a la hora de implementar evaluaciones presenciales o virtuales en las propuestas educativas. Su título: ¿Realmente se deberían
descartar los exámenes online por la facilidad que tiene el alumnado para
copiar?
Imagine que es un
evaluador de un examen oficial en modalidad presencial (lo que llamamos
oposición) y, por tanto, es la primera vez que ve a las personas que se
examinan ¿Qué pasos tendríamos que realizar para llevar a cabo la prueba? El
proceso se puede resumir en los siguientes puntos:
1. Pedir acreditación de la identidad de cada opositor, ahora con la
mascarilla obligatoria es un poco más difícil.
2. Vigilar para que no copien de diversas fuentes (apuntes, libro, móvil,
internet, etc.).
3. Vigilar para que no se comuniquen entre ellos y no puedan intercambiar
información relevante para el examen.
4. Corregir el examen, que será la única referencia que tendrá para saber si
tiene el nivel adecuado.
Ahora pensemos en una
asignatura de cualquier ámbito académico ¿hay alguna diferencia con la
situación anterior?
Pues sí, hay una gran
diferencia: el alumnado que se presenta a un examen intermedio o final de esa
asignatura no es desconocido para el profesorado. Por tanto, el profesorado
conoce su trayectoria durante el curso, por ejemplo, a través de los resultados
de los trabajos y actividades que han realizado durante el curso.
Llega el momento del
examen y éste tiene que realizarse en
modalidad online ¿Cómo se puede garantizar que el examen se pueda desarrollar
con total garantía?
1. Acreditar la identidad. Además de las contraseñas de entrada y otros
medios de identidad digital se puede pasar un control muy similar al presencial
donde el alumnado activa la cámara y muestra su documento de identidad.
2-3. Vigilancia. Hay sistemas tecnológicos que permiten ver al
profesorado todo lo que hace el alumnado en su ordenador, cámaras de 360º e
incluso detectar movimientos faciales. Incluso sistemas más simples como
activar la Web-cam para ver al alumnado y la cámara del móvil para ver qué hace
en la pantalla. Por tanto se puede vigilar con eficacia tanto la copia como la
comunicación. El problema de estos
sistemas es que no todo el alumnado tiene esos medios tecnológicos disponibles.
Pero hay otras
alternativas a los pasos 2 y 3 que no necesitan medios tecnológicos y realmente
son más eficaces.
2. Vigilar para que no copien de diversas fuentes. Lo mejor es poner un
examen que no requiera memorizar nada y que se deje acceder a cualquier fuente
para consultar lo que estime el alumnado. Evidentemente hay que cambiar el tipo
de examen. Por ejemplo, poniendo un caso o un test donde el alumno tenga que
aplicar los contenidos en base a procesos que se hayan visto durante el curso.
3. Vigilar para evitar la comunicación entre el alumnado o con otras
personas. Aquí entra en juego las actividades que ha realizado el alumnado
durante el curso. Se deben tener organizadas dichas evidencias e ir al paso 4.
4. Cuando se corrija el examen se podrá contrastar su resultado con el de
los trabajos que ha realizado durante el curso y la participación en las
actividades con el resultado del examen ¿Que no cuadra?, pues le hace un examen
oral por videoconferencia. También puede dar una parte de la nota final a los
trabajos realizados durante el curso y otra al examen.
Así pues, un examen
online puede ofrecer, al menos, las mismas garantías que uno presencial. Si
esto es así ¿Dónde está el problema? Pues los dos principales son:
ü Si el examen se puede aprobar sin más que consultando un libro o
cualquier otra fuente, entonces tendrá un verdadero problema para evitar el
paso 2.
ü Si durante el curso no ha trabajado con su alumnado, ni realizado
actividades que le permitan observar su evolución, entonces tendrá un problema
para evitar el paso 3.
En estos casos, si no
se dispone de la tecnología adecuada, lo más seguro es realizar un examen
presencial. No podrá garantizar en su totalidad que todo el mundo que asiste al
examen es el que debería asistir, ni que no copien, ni que se comuniquen; pero
al menos el profesorado ha estado allí presente para tratar de evitarlo.
Fuente: https://innovacioneducativa.wordpress.com/2021/01/28/realmente-se-deberian-descartar-los-examenes-online-por-la-facilidad-que-tiene-el-alumnado-para-copiar/