03 febrero 2023

Desafíos para la evaluación virtual y criterios a considerar

En el ámbito de la educación a distancia la cuestión de las formas e instrumentos de evaluación virtual de los aprendizajes es un tema central y relevante que nos demanda definir e implementar nuevos formatos que van de la mano del potencial de las tecnologías de la información y la comunicación, y que sitúa a los docentes en un rol fundamental en tanto son los responsables de repensar y diseñar pruebas/exámenes que no sólo sean significativos para verificar los conocimientos y capacidades en los estudiantes sino que eliminen toda posibilidad de la copia de respuestas, ya sea a través de libros, apuntes y fuentes de Internet.  

En este escenario, compartimos un artículo de Ángel Fidalgo (2021) que nos ofrece algunos criterios para tomar decisiones a la hora de implementar evaluaciones presenciales o virtuales en las propuestas educativas. Su título: ¿Realmente se deberían descartar los exámenes online por la facilidad que tiene el alumnado para copiar?

Imagine que es un evaluador de un examen oficial en modalidad presencial (lo que llamamos oposición) y, por tanto, es la primera vez que ve a las personas que se examinan ¿Qué pasos tendríamos que realizar para llevar a cabo la prueba? El proceso se puede resumir en los siguientes puntos:

1.      Pedir acreditación de la identidad de cada opositor, ahora con la mascarilla obligatoria es un poco más difícil.

2.      Vigilar para que no copien de diversas fuentes (apuntes, libro, móvil, internet, etc.).

3.      Vigilar para que no se comuniquen entre ellos y no puedan intercambiar información relevante para el examen.

4.      Corregir el examen, que será la única referencia que tendrá para saber si tiene el nivel adecuado.

Ahora pensemos en una asignatura de cualquier ámbito académico ¿hay alguna diferencia con la situación anterior?

Pues sí, hay una gran diferencia: el alumnado que se presenta a un examen intermedio o final de esa asignatura no es desconocido para el profesorado. Por tanto, el profesorado conoce su trayectoria durante el curso, por ejemplo, a través de los resultados de los trabajos y actividades que han realizado durante el curso.

Llega el momento del examen y éste tiene que realizarse en modalidad online ¿Cómo se puede garantizar que el examen se pueda desarrollar con total garantía?

1.        Acreditar la identidad. Además de las contraseñas de entrada y otros medios de identidad digital se puede pasar un control muy similar al presencial donde el alumnado activa la cámara y muestra su documento de identidad.

2-3. Vigilancia. Hay sistemas tecnológicos que permiten ver al profesorado todo lo que hace el alumnado en su ordenador, cámaras de 360º e incluso detectar movimientos faciales. Incluso sistemas más simples como activar la Web-cam para ver al alumnado y la cámara del móvil para ver qué hace en la pantalla. Por tanto se puede vigilar con eficacia tanto la copia como la comunicación.  El problema de estos sistemas es que no todo el alumnado tiene esos medios tecnológicos disponibles.

Pero hay otras alternativas a los pasos 2 y 3 que no necesitan medios tecnológicos y realmente son más eficaces.

2.      Vigilar para que no copien de diversas fuentes. Lo mejor es poner un examen que no requiera memorizar nada y que se deje acceder a cualquier fuente para consultar lo que estime el alumnado. Evidentemente hay que cambiar el tipo de examen. Por ejemplo, poniendo un caso o un test donde el alumno tenga que aplicar los contenidos en base a procesos que se hayan visto durante el curso.

3.      Vigilar para evitar la comunicación entre el alumnado o con otras personas. Aquí entra en juego las actividades que ha realizado el alumnado durante el curso. Se deben tener organizadas dichas evidencias e ir al paso 4.

4.     Cuando se corrija el examen se podrá contrastar su resultado con el de los trabajos que ha realizado durante el curso y la participación en las actividades con el resultado del examen ¿Que no cuadra?, pues le hace un examen oral por videoconferencia. También puede dar una parte de la nota final a los trabajos realizados durante el curso y otra al examen.

Así pues, un examen online puede ofrecer, al menos, las mismas garantías que uno presencial. Si esto es así ¿Dónde está el problema? Pues los dos principales son:

ü  Si el examen se puede aprobar sin más que consultando un libro o cualquier otra fuente, entonces tendrá un verdadero problema para evitar el paso 2.

ü  Si durante el curso no ha trabajado con su alumnado, ni realizado actividades que le permitan observar su evolución, entonces tendrá un problema para evitar el paso 3.

En estos casos, si no se dispone de la tecnología adecuada, lo más seguro es realizar un examen presencial. No podrá garantizar en su totalidad que todo el mundo que asiste al examen es el que debería asistir, ni que no copien, ni que se comuniquen; pero al menos el profesorado ha estado allí presente para tratar de evitarlo.

Fuente: https://innovacioneducativa.wordpress.com/2021/01/28/realmente-se-deberian-descartar-los-examenes-online-por-la-facilidad-que-tiene-el-alumnado-para-copiar/