Las tecnologías ya son parte de la educación tanto presencial como a distancia, aportando fuentes de información multimedial y múltiples canales de comunicación. El riesgo más temido es pensar y diseñar programas y situaciones educativas en donde el sujeto que aprende "interactúa" sólo con las máquinas, ensimismado, en un camino de aprendizaje donde el diálogo y el intercambio socio-cognitivo con otros y otras no tienen lugar.
En este escenario de profundos cambios, la perspectiva del conectivismo (Siemens, 2009),
Ahora bien, que haya tecnologías en nuestro entorno social y cultural no significa habilitar espacios educativos basados en procesos de aprendizaje totalmente individuales, sin diálogo, sin interacción para la reconfiguración o construcción compartida de conocimientos, habilidades y actitudes. Coincidimos con el enfoque conectivista cuando sostiene que el conocimiento existe distribuido y en red, y que el aprendizaje es el proceso de configurar conexiones en redes con otros y otras.
Desde la perspectiva que destaca el proceso de comunicación intersubjetiva en el proceso educativo, compartimos un fragmento de Gabriel Kaplún que sintetiza la esencia de esta problemática:
En su uso más corriente las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, ignoran por completo los procesos dialógicos "apelando principalmente a la interactividad (con una máquina) y no a una verdadera interacción (entre personas)" dice Gabriel Kaplún y añade: "El ideal del estudiante aislado y conectado a una máquina niega en los hechos el carácter social del aprendizaje. La navegación solitaria en las autopistas de la información no puede reemplazar el aprendizaje, que es esencialmente social".
Fuente:
Kaplún, Gabriel (s/f): “Kaplún, intellectual orgánico. Memoria afectiva” en Educomedia. Alavanca da Cidadania. O legado utópico de Mario Kaplún. Universidade Metodista de Sao Paulo-Cátedra UNESCO.