Periódicamente abordamos la problemática de las TIC en la educación tratando de interpelar y conocer estudios sobre su uso, relevancia y aportes a una educación inclusiva y de calidad. En ese contexto no sorprende las decisiones de algunos países desarrollados como Suecia que proponen reducir el uso de pantallas y dispositivos electrónicos en las aulas.
Con relación al caso de Suecia, la ministra de Educación expresó la
alarma en el gobierno por los malos resultados del país incluidos en el Informe “Estudio
Internacional de Progreso en Comprensión Lectora” (PIRLS), un estudio similar
al conocido PISA de la OCDE. Según sus conclusiones, en los últimos cinco años
la capacidad de comprensión lectora de los niños suecos había pasado de un
nivel alto a intermedio, un resultado quizás no catastrófico pero sí preocupante para sus estándares habituales.
El PIRLS, estudio a cargo de la Asociación Internacional para
la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA), es una prueba que evalúa la
comprensión lectora de los alumnos en 4º de la Educación Primaria. Desde 2013,
Suecia y sus vecinos nórdicos vienen registrando cada vez peores resultados en
el mismo, cuando a comienzos de siglo eran referente europeo. Incluso en 2020
el diario Expressen destapó un escándalo de fraude: las autoridades educativas
habían intentado falsear los resultados suecos de 2018.
¿Es adecuada? ¿Es equitativa?
¿Es ampliable? ¿Es sostenible?
Queda abierto un debate centrado en esos interrogantes que cuente con la participación de toda la comunidad educativa, particularmente de aquellos que viven la experiencia cotidiana de enseñar y aprender en la sociedad digital.
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