Carnaval de Nueva Orleans |
Sin embargo, también hay registros que asocian estas celebraciones
a las fiestas paganas Saturnalia y Lupercalia. La primera se celebraba en honor
del dios Saturno y tenía lugar en el solsticio de invierno europeo, en diciembre. La
segunda tenía lugar en febrero, mes de las divinidades infernales y de la
purificación para los romanos. Ambas fiestas duraban días y se caracterizaban
por la abundancia de comida, bebida y bailes.
En las diferentes culturas y pueblos, hoy los Carnavales adquieren matices peculiares que representan costumbres, creencias y prácticas de sus integrantes, en donde se observa una fusión de tradiciones nativas y cristianas.
Entre las celebraciones más conocidas y difundidas se encuentra el Carnaval de Venezia, con origen en la Italia medieval, la Diablada en Oruro, Bolivia, el Mardi Gras en Nueva Orleans (USA), el Carnaval de Jujuy, el de Niza, el de la isla de Tenerife, Canarias…
Estas fiestas, cuyos rasgos comunes son la combinación de elementos como disfraces, máscaras, cantos, coplas, bailes y desfiles en las calles, representan un estallido de alegría y euforia, una dosis de permisividad y, a veces, cierto descontrol. Cada año se pone en juego la creatividad y la imaginación de sus protagonistas que se visualizan en el diseño de sus espectaculares trajes, disfraces, carrozas, con coreografías y escenografías multicolores.