El arte urbano, callejero, también denominado graffiti para ciertas expresiones, se ha expandido en distintas latitudes con la intervención de artistas individuales o grupales, con firma o anónimos, cuyos mensajes pueden ubicarse en distintas categorías: humor, sátiras, crítica social y política, reivindicación de ideas y pensamientos.
En esa línea, el artista urbano Thrashbird hace unos años hizo un viaje por USA en busca de lugares no tradicionales para expresar su arte. Así encontró una antigua y abandonada planta de hormigón en Lime, Oregón, que lo inspiró para desplegar nuevas obras en los muros ruinosos. En este proyecto que tituló "Valley Of Secret Values" (Valle de valores secretos), pintó carteras y bolsos de marcas de lujo plasmando así un mensaje crítico a la sociedad de consumo.
En los restos de piedras, neumáticos y hormigón de la planta, utilizó pintura de aerosol para recrear bolsos de famosos diseñadores como Gucci, Chanel, Prada, Givenchy, Louis Vuitton o Alexander McQueen imprimiendo colores vivos en grandes volúmenes en los restos de concreto.
En el ámbito educativo resulta interesante introducir este tipo de expresión artística para generar el intercambio de sentimientos, ideas y reflexiones sobre las implicancias y funciones sociales y políticas del arte callejero.