La pintura ha fusionado la perspectiva de movimientos naturalistas y románticos a través de distintos artistas que han creado obras en distintas épocas. Hoy destacamos a Santiago Rusiñol (1861-1931), un exponente célebre del modernismo catalán que brilló no sólo como pintor
sino también como escritor y poeta.
En la dimensión pictórica, su modernismo queda expuesto en la síntesis de rasgos naturalistas y románticos lo que otorga una excelsa visión poética del paisaje. Para interiorizarnos en esa peculiar impronta artística, transcribimos un texto de Ramón Gómez de la Serna:
“Como quien ha
buscado un claustro, como trapense de jardines con cipreses, como si se fumase
en la pipa las hojas caídas que los jardineros queman como sahumerio del otoño,
Rusiñol pintaba jardines y jardines, y alguna vez una especie de capilla blanca
en el fondo o algún arco como pura rogativa de arco iris, de primaveras de
sol.”
El escritor Juan Ramón Jiménez también compuso un bello poema, difícil de encontrar en las antologías, que lleva como título “A Santiago Rusiñol” (en su libro Jardines de España) que comienza así:
quieto y hondo, tan
dulce de luz y de verduras
como aquellos de
paz, de ternura, de encaje,
en que tu corazón
soñara los colores.