Ante este escenario nos hacemos muchas preguntas, como por ejemplo: qué nuevas competencias y habilidades ganarán los estudiantes y qué otras perderán, qué nuevas prácticas y subjetividades se desplegarán con el uso de las TIC...
Jorge Luis Borges escribió en “Tesoros de España”:
“Hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros; hay quienes no pueden imaginar un mundo sin agua; en lo que a mí se refiere, soy incapaz de imaginar un mundo sin libros. A lo largo de la historia el hombre ha soñado y forjado un sin fin de instrumentos. Ha creado la llave, una barrita de metal que permite que alguien penetre en un vasto palacio. Ha creado la espada y el arado, prolongaciones del brazo del hombre que los usa. Ha creado el libro que es una extensión secular de su imaginación y de su memoria.
A partir de los Vedas y de las Biblias, hemos acogido la noción de libros sagrados. En cierto modo, todo libro lo es. En las páginas iniciales del Quijote, Cervantes dejó escrito que solía recoger y leer cualquier pedazo de papel impreso que encontraba en la calle. Cualquier papel que encierre una palabra es el mensaje que un espíritu humano manda a otro espíritu. Ahora, como siempre, el inestable y precioso mundo puede perderse. Sólo pueden salvarlo los libros, que son la mejor memoria de nuestra especie.
Hugo escribió que toda biblioteca es un acto de fe; Emerson, que es un gabinete donde se guardan los mejores pensamientos de los mejores; Carlyle, que la mejor Universidad de nuestra época la forma una serie de libros. Al sajón y al escandinavo los maravillaron tantos las letras que les dieron el nombre de runas, es decir, de misterios, de cuchicheos.
Pese a mis reiterados viajes, soy un modesto Alonso Quijano que no se ha atrevido a ser Don Quijote y que sigue tejiendo y destejiendo las mismas fábulas antiguas. No sé si hay otra vida; si hay otra, deseo que me esperen en su recinto los libros que he leído bajo la luna con las mismas cubiertas y las mismas ilustraciones, quizás con las mismas erratas, y los que me deparan aún el futuro”.
El otro escritor argentino es Alberto Manguel, autor de títulos como “Una historia de la lectura” y “La librería de noche” que recorren y recrean el universo del libro y de los grandes hombres de letras. De este escritor contemporáneo, tomo esta reflexión que puede llevarnos a los profesores a buscar caminos alternativos para que cada alumno encuentre “su página y su libro”:
"El amor por la lectura es algo que se aprende pero no se enseña. De la misma forma que nadie puede obligarnos a enamorarnos, nadie puede obligarnos a amar un libro. Son cosas que ocurren por razones misteriosas, pero de lo que sí estoy convencido es que a cada uno de nosotros hay un libro que nos espera. En algún lugar de la biblioteca hay una página que ha sido escrita para nosotros".
¿Qué libros marcaron tu vida? ¿Qué puertas se abrieron y qué nuevos caminos se insinuaron al leerlos?
En estos momentos evoco lecturas entrañables como "El Principito", "Sobre héroes y tumbas", "Cien años de soledad".
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