Joaquín Sorolla
Desde nuestro papel de usuarios más o menos reflexivos de las tecnologías digitales, nos planteamos algunas cuestiones en torno a los mensajes que caracterizan las redes sociales virtuales, sus alcances, su impacto en el comportamiento de personas y grupos, sus incógnitas, sus objetivos manifiestos y latentes...
Acaba de publicarse un ensayo sobre las redes sociales: Conectados. El sorprendente poder de las redes sociales y cómo nos afectan, de Nicholas A. Christakis y James H. Fowler, Editorial Taurus, en donde leemos:
Las redes sociales virtuales, que han alcanzado una gran popularidad en estos últimos años, son servicios que permiten a los usuarios construir un perfil público o semipúblico en un entorno de acceso limitado, mostrar una lista de otros usuarios con quienes comparten una conexión y ver y navegar por las conexiones de otras personas del mismo sistema. Aunque es posible hacer nuevos amigos y conexiones en estos servicios, ése no es su propósito principal (al contrario de lo que ocurre con otros portales de encuentros como Match.com). Algunos servicios prestan soporte a amistades ya existentes, como Friendster.com, mientras que otros cubren las necesidades de colectivos étnicos, políticos, religiosos o profesionales específicos, como la red de profesores y científicos de MySDScience.com. Entre estos servicios hay gran variedad en lo referente a la privacidad, a quién puede unirse a la red, a qué se puede postear y a cómo otros pueden ver y navegar por las conexiones de la red. La característica que distingue a los servicios de redes sociales es que hacen visible para nosotros y para los demás nuestra propia red de contactos. Además, y al contrario que otros grupos o comunidades virtuales, como wikis y listservs, los servicios de redes sociales están organizados en torno a personas, no a temas.
Fragmento tomado de: El País, 22/02/10
http://www.elpais.com/elpaismedia/ultimahora/media/201002/22/cultura/20100222elpepucul_1_Pes_PDF.pdf
En tren de seguir expolorando la comunicación en dichos espacios, retomo las palabras de nuestro compatriota Mario Bunge, brillante filósofo de las ciencias siempre interesado en el análisis del devenir histórico. Precisamente durante una entrevista y ante la pregunta del periodista, Bunge expresa su opinión sobre las redes sociales:
- En su libro (Filosofía política Solidaridad, cooperación y Democracia integral) elogia las redes sociales. ¿La aparición de comunidades virtuales como Facebook, ha modificado ese espíritu?
- Bunge: Sí, pero son comunidades muy flojas porque los vínculos que los unen son puramente informáticos; una cosa es una relación cara a cara y otra es una relación a través de una pantalla. Yo tengo amigos postales a quienes nunca he visto en mi vida, con quienes me escribo desde hace 20, 30 años, y los considero amigos porque intercambiamos ideas, nos ayudamos mutuamente, pero en un plano muy abstracto. Las relaciones que suele hacer la gente en Internet son muy superficiales. Cuando yo era chico había otra red: la de los radioaficionados, tipos que tenían un equipo de radioemisora, retrotransmisora y receptora en un altillo y se comunicaban con gente en Australia, por ejemplo. Las conversaciones eran del tipo: "Hola, ¿qué tal?, ¿qué estás haciendo? ¿Hace lindo tiempo ahí? ¿qué comiste?" Todos temas intrascendentes. Es muy diferente de las redes profesionales, de científicos o de políticos que están tratando problemas serios, ya sea cara a cara o a través de la pantalla. La pantalla disminuye mucho la intensidad de las relaciones sociales.
Fuente: Revista Ñ, 10/10/09
Nuestro debate parte del siguiente interrogante:
¿Qué concepto de comunicación subyace o prevalece en la realidad de las redes sociales virtuales, teniendo en cuenta lo que sostiene Mario Bunge?
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Acaba de publicarse un ensayo sobre las redes sociales: Conectados. El sorprendente poder de las redes sociales y cómo nos afectan, de Nicholas A. Christakis y James H. Fowler, Editorial Taurus, en donde leemos:
Las redes sociales virtuales, que han alcanzado una gran popularidad en estos últimos años, son servicios que permiten a los usuarios construir un perfil público o semipúblico en un entorno de acceso limitado, mostrar una lista de otros usuarios con quienes comparten una conexión y ver y navegar por las conexiones de otras personas del mismo sistema. Aunque es posible hacer nuevos amigos y conexiones en estos servicios, ése no es su propósito principal (al contrario de lo que ocurre con otros portales de encuentros como Match.com). Algunos servicios prestan soporte a amistades ya existentes, como Friendster.com, mientras que otros cubren las necesidades de colectivos étnicos, políticos, religiosos o profesionales específicos, como la red de profesores y científicos de MySDScience.com. Entre estos servicios hay gran variedad en lo referente a la privacidad, a quién puede unirse a la red, a qué se puede postear y a cómo otros pueden ver y navegar por las conexiones de la red. La característica que distingue a los servicios de redes sociales es que hacen visible para nosotros y para los demás nuestra propia red de contactos. Además, y al contrario que otros grupos o comunidades virtuales, como wikis y listservs, los servicios de redes sociales están organizados en torno a personas, no a temas.
Fragmento tomado de: El País, 22/02/10
http://www.elpais.com/elpaismedia/ultimahora/media/201002/22/cultura/20100222elpepucul_1_Pes_PDF.pdf
En tren de seguir expolorando la comunicación en dichos espacios, retomo las palabras de nuestro compatriota Mario Bunge, brillante filósofo de las ciencias siempre interesado en el análisis del devenir histórico. Precisamente durante una entrevista y ante la pregunta del periodista, Bunge expresa su opinión sobre las redes sociales:
- En su libro (Filosofía política Solidaridad, cooperación y Democracia integral) elogia las redes sociales. ¿La aparición de comunidades virtuales como Facebook, ha modificado ese espíritu?
- Bunge: Sí, pero son comunidades muy flojas porque los vínculos que los unen son puramente informáticos; una cosa es una relación cara a cara y otra es una relación a través de una pantalla. Yo tengo amigos postales a quienes nunca he visto en mi vida, con quienes me escribo desde hace 20, 30 años, y los considero amigos porque intercambiamos ideas, nos ayudamos mutuamente, pero en un plano muy abstracto. Las relaciones que suele hacer la gente en Internet son muy superficiales. Cuando yo era chico había otra red: la de los radioaficionados, tipos que tenían un equipo de radioemisora, retrotransmisora y receptora en un altillo y se comunicaban con gente en Australia, por ejemplo. Las conversaciones eran del tipo: "Hola, ¿qué tal?, ¿qué estás haciendo? ¿Hace lindo tiempo ahí? ¿qué comiste?" Todos temas intrascendentes. Es muy diferente de las redes profesionales, de científicos o de políticos que están tratando problemas serios, ya sea cara a cara o a través de la pantalla. La pantalla disminuye mucho la intensidad de las relaciones sociales.
Fuente: Revista Ñ, 10/10/09
Nuestro debate parte del siguiente interrogante:
¿Qué concepto de comunicación subyace o prevalece en la realidad de las redes sociales virtuales, teniendo en cuenta lo que sostiene Mario Bunge?
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