Se acerca el 23 de abril, fecha consagrada en el mundo para recordar al libro y al derecho de autor y a todos aquellas obras que nos cautivaron por sus historias frondosas en emociones y aventuras, por sus laberintos de sensaciones y sentimientos y por sus despliegues de sabiduría y conocimiento.
¿Sigue siendo tan virtuosa la lectura de libros? ¿Los libros han dejado de ser el centro de la cultura letrada? ¿Qué objetos culturales y tecnológicos han desplazado al libro? ¿Cuál es el rol de la escuela en relación con el libro y la lectura?
Comparto tres reflexiones de sendos autores que iluminan el debate:
La lectura de libros parece curiosamente operar nuestros sentidos en cataratas; después de leerlos vemos con más intensidad, el mundo aparenta haberse despejado del velo que lo cubría y haber cobrado una vida más intensa. Virgina Woolf
La lectura nos hace inmigrantes a todos. Nos lleva lejos de casa, pero lo más importante, nos encuentra un hogar donde sea. Hazel Rochman
La lectura es el orden de la oscuridad de la noche, incluso cuando se lee en pleno día al exterior, la noche se instala alrededor del libro.
Marguerite Duras
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