Los grafitis o graffitis, pintados con
aerosol, marcadores o rodillos en fachadas, paredes, puentes, línea de subterráneos/metro o edificios abandonados, ya están instalados en ciudades de todo el
mundo, aunque ello suscita una discusión entre los defensores y los detractores
de este tipo de expresión callejera. Mientras los primeros sostienen que los
grafitis son parte creativa y rebelde de la libertad de expresión y “testigos
importantes de la expresión escrita en las ciudades” en palabras de la lingüista
Doris Tophinke, de la Universidad de Paderborn, sus detractores hablan de vandalismo
e invasión subrepticia de los espacios públicos y privados de las ciudades.
En este contexto de manifestación cultural callejera,
los científicos del Instituto de Tecnología de Karlsruhe (KIT) y de la
Universidad de Paderborn de Alemania han decidido crear el primer banco de
datos de las obras que incluirá la digitalización de cientos de miles de fotos
de grafitis. La primera etapa del proyecto “Sistema de
Información de Grafitis en Alemania” procederá a digitalizar cerca de 120.000
fotos tomadas en las ciudades de Colonia, Múnich y Mannheim entre 1983 y 2015.
Estas representaciones figurativas con muchos
colores, líneas y formas con amplio contenido social que muchas veces reflejan
conflictos urbanos, son foco de interés para investigadores dedicados a la historia
del arte y de la lingüística, de la etnología, la sociología, la antropología y
los medios de comunicación. Sin duda, los grafitis constituyen una manifestación
cultural y social que nos habla de los rasgos y problemas de la sociedad contemporánea,
de las desigualdades, asimetrías e intolerancias, y también de los gestos que enfatizan
la solidaridad, la paz, la convivencia y la justicia.
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