La educación formal en los distintos países está bajo la lupa, tratando de analizar, comprender e interpretar los procesos de enseñanza y de aprendizaje en el contexto de las necesidades, demandas y requerimientos del mundo contemporáneo en donde las innovaciones que se proyectan muchas veces se topan con realidades complejas y difíciles de permear. ¿Qué se enseña, qué se aprende y qué se evalúa en las escuelas e institutos educativos? ¿Los resultados responden a los propósitos y objetivos planteados? ¿Qué acciones se formulan para reorientar y mejorar las prácticas?
Uno de los puntos críticos y prioritarios del debate remite a la relación y tensión entre aprendizaje y evaluación y cómo las estrategias institucionales abordan esa cuestión. En esa línea, se inscribe el libro Aprobar o aprender. Estrategias de evaluación en la sociedad red, Elena Cano (editora), publicado por la Universitat de Barcelona, 2012, que plantea este interrogante ¿qué desea realmente el alumno: aprobar o aprender?
En el prólogo leemos: "La evaluación
tradicional responde con agilidad al reto de las competencias
específicas, en tanto que apenas puede atender a las competencias
transversales o genéricas, aquellas que nuestros estudiantes
necesitan para convertirse en ciudadanos del siglo XXI, para participar
en la sociedad de la información, para participar y sobrevivir en un
proceso de globalización nunca antes vivido en este planeta (...) En este sentido, este libro
pretende recoger experiencias que constituyan buenas prácticas de
uso de los medios al servicio de la evaluación formativa y
aborda cómo los recursos tecnológicos pueden favorecer otro modo de
evaluación, especialmente ligado a los escenarios que toman
sentido en las enseñanzas universitarias situadas en el Espacio Europeo
de Educación Superior. Los diseños por competencias obligan a
buscar fórmulas para que los estudiantes integren y apliquen saberes.
Ello significa que aumenta el sentido que poseen los casos, los
proyectos, las simulaciones, las prácticas, etc. y los espacios en los que
los estudiantes piensen sobre las acciones que han desarrollado a
modo de reflexión metacognitiva o autorreguladora. Y es en este
sentido que nos preguntamos: ¿pueden las diversas herramientas
tecnológicas favorecer este tipo de aprendizajes? Y, especialmente,
¿pueden ayudarnos a evaluarlas? ¿Puede la evaluación por
competencias desarrollarse de modo más eficiente con la ayuda de
soporte tecnológico? ¿Pueden los medios favorecer los procesos de
autorregulación inherentes al desarrollo de competencias?"
El desarrollo de estos interrogantes se encuentra disponible en: