Si hay un concepto abierto a mil posibilidades de sentido y significado es el de un "buen profesor", que alude tanto a los conocimientos y saberes disciplinares, pedagógico-didácticos y tecnológicos, como a los rasgos personales (habilidades psicosociales y actitudes) que inciden en la relación docente-estudiantes y en el clima para la tarea educativa.
Desde ese lugar, el estudio Deconstrucción del “buen
profesor”. Análisis de las características formales y no formales de la
docencia universitaria, de Antonio Casero y Antonio Martínez, publicado en RELIEVE, es un trabajo que acerca una mirada sobre el tema.
Los autores señalan que la evaluación de
la calidad del profesorado universitario, desde el punto de vista del alumnado,
se ha centrado principalmente en los aspectos más formales del ejercicio
docente, desatendiendo así otros factores de tipo personal. Por eso, realizaron una investigación cuyo objetivo fue identificar y
analizar las cargas de cada uno de los distintos factores que conforman la idea
de la buena docencia según el alumnado. Es decir, detectar la ecuación que da
lugar al esquema mental de “buen profesor”
o “buena profesora”.
Se aplicó como método una encuesta transversal,
elaborada a partir de los resultados de revisiones e investigaciones propias
que permitieron conocer la identidad de los distintos factores implicados en la
evaluación de la docencia por parte del alumnado. La muestra fue de 885 alumnos
de la Universitat de les Illes Balears, obtenidos mediante un procedimiento de
muestreo mixto y polietápico.
Los resultados remiten a la solución
factorial de cuatro elementos, que en orden de mayor a menor varianza explicada
son: cualidades personales, competencia formal, cumplimiento, y materia. El
análisis de regresión determina que cada uno de los 4 factores presenta un
efecto estadísticamente significativo sobre la consideración de buen docente,
donde el primero y el segundo son, en suma, responsables del 93% de toda la
varianza explicada por el modelo.
Como conclusiones, los investigadores expresan que el gran peso que
las características no formales presentan en la ecuación resultante, abre la
discusión en torno a la importancia de las cualidades personales del
profesorado como elementos que pueden estar modulando, más allá de la
satisfacción del alumnado, el propio proceso enseñanza y de aprendizaje.
El estudio completo puede leerse en: