25 julio 2009

EducArte: el trabajo en imágenes II

Rosa Bonheur







"A dos hombres venero yo en este mundo: al labrador sufrido de mano callosa y nervuda, en la que permanecerá para siempre una real e indeleble majestad, puesto que en ella está el cetro de este mundo.
Y a aquel que trabaja por las imprescindibles necesidades del espíritu; no por el pan cotidiano, sino por el pan de la verdadera vida".
Thomas Carlyle


Oswaldo Guayasamín


La clásica oposición y división que diferentes sociedades y culturas han establecido entre trabajo manual y trabajo intelectual, es superada en la magnífica mirada puesta en la frase de Thomas Carlyle.

En un mundo cada vez más alejado del contacto con la naturaleza y dominado por innumerables artefactos industriales y medios tecnológicos que ofrecen una "realidad virtual", puede resultar interesante replantearnos el significado del trabajo artesanal y manual. Retomo el pensamiento del antropólogo Claude Levi-Strauss quien, al recibir en 1986 el Premio Internacional Nonino en Italia, expresó lo siguiente:

(...) Desde el advenimiento de la civilización industrial, el trabajo pasó a ser una operación en un sentido único, donde el hombre –sólo él, siendo activo – modela una materia inerte y le impone soberanamente las formas que le convienen.
Las sociedades estudiadas por los etnólogos tienen del trabajo una idea muy distinta. Lo asocian a menudo al ritual, al acto religioso, como si en ambos casos el fin fuera entablar con la naturaleza un diálogo en virtud del cual naturaleza y hombre pueden colaborar: concediendo ésta al otro lo que espera, a cambio de los signos de respeto, o de piedad incluso, con los cuales el hombre se obliga ante una realidad vinculada al orden sobrenatural.

Subsiste aún hoy una complicidad entre esa visión de las cosas y la sensibilidad del campesino y el artesano tradicionales. Éstos, efectivamente, por seguir manteniendo un contacto directo con la naturaleza y con la materia, saben que no tienen derecho a violentarlas, sino que deben tratar pacientemente de comprenderlas, de atenderlas con cautela, diría casi de seducirlas, a través de la demostración permanentemente renovada de una familiaridad ancestral hecha de cogniciones, de recetas y de habilidades manuales transmitidas de generación en generación.

Por eso el trabajo manual, menos alejado de lo que parece del pensador y del científico, constituye asimismo un aspecto del inmenso esfuerzo desplegado por la humanidad para entender el mundo: probablemente el aspecto más antiguo y perdurable, el cual, más próximo a las cosas, es también el más apto para hacernos captar concretamente la riqueza de éstas, y para nutrir el asombro que experimentamos ante el espectáculo de su diversidad.
Fuente: Revista Ñ, Clarín, 24 mayo 2008.
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14 julio 2009

EducArte: el trabajo en imágenes





El trabajo agrícola


desde la perspectiva del arte de Fernando Fader, Vincent Van Gogh, Camille Pissarro y Diego Rivera















Los continuos cambios y transformaciones de la vida social se reflejan también en el mundo del trabajo que ha visto desarrollar, florecer, declinar y desaparecer distintos oficios, profesiones y ocupaciones.

El mundo del arte en sus diversas manifestaciones nos ofrece notables y valiosos testimonios y registros de esas actividades humanas que se surgieron y se expandieron en distintas épocas al compás de las necesidades y condiciones de la vida social, política, cultural y económica.

Es importante que la educación incluya el abordaje y el análisis de variados contextos socio-históricos y escenas de la vida cotidiana a través de la exploración, observación y disfrute de obras pictóricas que hablan del mundo del trabajo: sus protagonistas, sus técnicas y herramientas, sus materias primas y sus condiciones ambientales.

El pasado y el presente de oficios y profesiones plasmados en pinturas pueden ser analizados por los estudiantes suscitando emociones, sentimientos y reflexiones acerca de la extinción de ciertos oficios, las transformaciones y exigencias de profesiones, la pérdida de fuentes laborales, el drama de la desocupación así como la aparición de nuevos perfiles en la sociedad del futuro.

Desde las aulas físicas y virtuales es posible ingresar a esa inmensa galería de arte que nos brinda espléndidos y valiosísimos recursos para generar diálogos y debates acerca de la actividad laboral a lo largo del tiempo y de las culturas, debatir sobre el papel que desempeña el trabajo en la vida personal y social del hombre así como las condiciones sociales, tecnológicas y económicas que han acompañado esas prácticas.

El tema de hoy gira en torno al trabajo agrícola y a las actividades propias del campo vistas desde obras de arte del siglo XIX y XX. A través de la observación de esas y otras pinturas de grandes maestros de América y de Europa, se podrán explorar distintos aspectos del trabajo en el campo: herramientas, vestimentas, tecnologías, horarios, derechos y obligaciones, leyes de protección al trabajador, riesgos laborales, entre otros temas.

La propuesta puede complementarse con el análisis del trabajo que hoy se desarrolla en el campo a través de fotografías, videos, fragmentos de películas y publicaciones gráficas que muestren las nuevas prácticas, tecnologías y condiciones de la realidad socio-económica en el siglo XXI.
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11 julio 2009

Las oportunidades educativas en tiempos de pandemias


Los países que transitamos el invierno y que estamos bajo la influencia de la pandemia que la Organización Mundial para la Salud (OMS) ha denominado gripe (A) H1N1, estamos viviendo situaciones inéditas y diferentes que modifican nuestros hábitos, costumbres y comportamientos cotidianos, tanto a nivel personal como social.

En nuestro país las autoridades educativas de los distintos distritos han suspendido las clases, de modo que el período del receso invernal se ha extendido para prevenir y evitar contagios dado que la población estudiantil y docente está en situación de riesgo por la alta exposición y contacto que se da en el ámbito de las aulas.

Nada mejor que la prevención sanitaria aunque eso conlleve una necesaria suspensión de clases, pero no todo está perdido ya que el escenario actual nos brinda ciertas oportunidades para reducir o neutralizar el impacto de la ausencia de los estudiantes por un período prolongado.

Hoy las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) son herramientas eficaces y útiles para generar comunicación entre alumnos y profesores y para plantear propuestas educativas en los distintos niveles y disciplinas siguiendo el itinerario curricular previsto. En tal sentido, existen numerosos sitios y portales educativos oficiales y privados de todo el mundo que ofrecen páginas con recursos catalogados por niveles, disciplinas y áreas que pueden ser recomendados por los docentes.

Claro que eso implica una preselección y evaluación de los recursos más adecuados y apropiados tanto para el perfil de nuestros grupos de estudiantes como para el contexto sociocultural de pertenencia, sin omitir la valoración del recurso desde la perspectiva pedagógico-didáctica, identificando los objetivos que se proponen, la pertinencia y relevancia de los contenidos abordados, los tipos de actividades que se le plantean al alumno y la bibliografía de apoyo, entre otros aspectos.


Esta tarea de evaluación de la calidad pedagógica de los recursos que ofrecen los sitios web y portales, supone que los docentes estén preparados para realizarla teniendo en cuenta su identidad profesional que entraña tomar decisiones y realizar mediaciones y ajustes para que en cada contexto se utilicen los materiales más apropiados y se ofrezcan las adecuaciones para un aprendizaje socialmente situado.

También es una excelente oportunidad para que los estudiantes que tienen acceso a internet -además de ser hábiles usuarios de juegos y entretenimientos- puedan aprender y aprovechar sus herramientas y servicios educativos contando con la orientación y guía de los profesores. Una propuesta del portal argentino educ.ar es "Aprender en casa" cuya dirección web es:





Si bien es cierto que hubo necesidades perentorias para suspender las clases y que no hubo tiempo para prepararse ante la emergencia, sería bueno que las acciones de formación y capacitación docente incluyeran signficativamente el uso apropiado y contextualizado de las herramientas tecnológicas de comunicación e información que hoy configuran el mundo.
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02 julio 2009

Arquitecturas escolares de ayer y hoy

Sin caer en falsos determinismos de carácter tecnológico, decimos que el mundo hi tech –al igual que otras realidades socioculturales- también está transformando nuestros comportamientos, prácticas y hábitos e influye en la configuración de nuevas subjetividades y representaciones.
¿Cómo serán los vínculos familiares y sociales, las relaciones amorosas, el trabajo, el comercio, el arte y la educación dentro de unos años?


De todas estas actividades humanas, quizá sea llamativo ver cómo la institución escuela conserva y mantiene algunas de sus tradiciones y matrices de orden secundario, desde hace más de 50 años.
Por ejemplo, la disposición de filas de bancos y mesas dentro de las aulas, el pizarrón en el frente junto al escritorio del docente, son organizaciones del espacio que se mantienen desde hace mucho tiempo. Y a pesar de que nuevas tecnologías se introducen en el aula, no vemos nuevas arquitecturas…



¿Es que no hay otras maneras de enseñar y de aprender que esa filas paralelas donde los alumnos sentados en forma individual se dan la espalda? ¿No hay otras maneras de aprender que no sea dentro de las cuatro paredes del aula?
¿Tan fuertes son las pautas de organización espacial de las aulas que no se modifican ni se flexibilizan ni se experimentan nuevas formas que favorezcan una mejor interacción y comunicación entre alumnos y docente?


Muchas reflexiones se pueden deslizar alrededor de estas evidencias: necesidad de mantener un control sobre los comportamientos, escaso margen para la innovación y la flexibilidad, ausencia de propuestas institucionales…
Mientras tanto la escuela cada vez se muestra más lejana a los intereses, motivaciones y necesidades de los estudiantes que, fascinados por las posibilidades que les brindan las nuevas tecnologías que abundan en su entorno, asisten con poco entusiasmo a las aulas organizadas con pautas del pasado.




Ben Willikens


Al pensar en esas aulas, recuerdo estos versos de Alfonsina Storni:

“Cuadrados y ángulos” (1918)
Casas enfiladas, casas enfiladas,
casas enfiladas.
Cuadrados, cuadrados, cuadrados.
Casas enfiladas.
Las gentes ya tienen el alma cuadrada,
ideas en fila
y ángulo en la espalda.
Yo misma he vertido ayer una lágrima,
Dios mío, cuadrada.
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