15 abril 2011

Inteligencia colectiva y las TIC I

¿Es posible hablar de ampliación de la inteligencia humana gracias al uso apropiado de las TIC?
Hace unos años Gavriel Salomon, David N. Perkins y Tamar Globerson decían:

“Utilizar un ordenador supone una simbiosis de nuestra inteligencia con una herramienta externa sin la cual la mente contaría sólo con sus propios medios y no funcionaría igual”.
En este escenario que nos compromete, también podemos referirnos a la inteligencia colectiva que va de la mano del concepto de la web 2.0, surgido en 2004, como contrapartida de la primera generación de la web 1.0 que enfatizaba el rol pasivo del usuario dedicado básicamente a la búsqueda y lectura de la información.

A partir de los aportes de O’Reilly, uno de los promotores del concepto de web 2.0, podemos identificar los rasgos sustantivos que definen a la actual generación web:
- La web es una potente plataforma de trabajo en la que todos los usuarios pueden participar.
- La inteligencia colectiva se ve favorecida por la acción conjunta y colaborativa de usuarios enlazados por objetivos e intereses comunes.
- La combinación de lenguajes, software y herramientas enriquece la gestión de conocimientos.

¿Cuál es el eje común de estos entornos de la web 2.0?

Si analizamos la dinámica, efectos y características de las herramientas de la web 2.0 (blogs, foros, redes sociales, wikis), podemos reconocer que su esencia es la arquitectura de la participación que activa la inteligencia colectiva, un concepto que nos remite a teóricos de distintas disciplinas cuando plantean que la mente y la inteligencia se extienden más allá de nuestra piel y que se activan con las relaciones sociales y con el medio cultural.

Desde ese lugar las TIC, al igual que otras herramientas de antaño, inciden en la construcción y re-estructuración de conocimientos, ahora con vertientes insospechadas debido al inmenso flujo de redes y de comunicaciones sincrónicas y asincrónicas que se da entre personas y grupos ubicados en cualquier parte del mundo. Vemos que las coordenadas tiempo y lugar ya no son determinantes para generar vínculos, contactos e intercambios alrededor de temas, objetivos y problemas de distinta naturaleza.


José Contreras Busto

Vigotsky, uno de los teóricos más reconocidos en la psicología del desarrollo, creador de la teoría histórico-cultural, sostiene que la inteligencia se desarrolla gracias a ciertos instrumentos o herramientas simbólicas y culturales que la persona encuentra en su entorno social, como el lenguaje, que son imprescindibles para ampliar sus habilidades y capacidades mentales. Ubicados en el campo de la educación, desde el enfoque vigotskiano reconocemos que la interacción del sujeto con pares y con docentes es uno de los factores que permite la construcción del conocimiento, situación que hoy se extiende a las interacciones en línea, dentro de entornos virtuales, siempre y cuando sustentemos las mediaciones y acciones en la construcción compartida de conocimientos a través de redes digitales y entornos colaborativos.

Compartir información, contrastar puntos de vista, negociar y crear significados, generar colectivamente nuevas ideas y acuerdos, y transferir y convalidar conocimientos, son formas de promover y alimentar la inteligencia colectiva, un logro que se inspira en la sinergia y en la integración de conceptos, experiencias y relatos de múltiples voces que superan la visión individualista.

¿Cuáles son los posibles riesgos de algunas herramientas de corte colaborativo de la red? Muchos piensan que pueden surgir imprecisiones, distorsiones, sesgos y mutilaciones conceptuales debido al principio de gran libertad que existe para aportar contenidos o modificaciones, por ejemplo, en las wikis.
Otros miran con recelo a esa nueva categoría de escritores amateurs, sin pergaminos ni trayectorias académicas reconocidas.

Queda en nuestro oficio de docentes potenciar la inteligencia colectiva y favorecer la construcción compartida de saberes a través de las TIC.
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