Viajar y volver a lugares entrañables nos ensancha la vida y nos alimenta espiritualmente. Así fue lo que pasó cuando hace pocos días volvimos a Punta Ballena que nos recibió a puro viento en la inmensidad del mar rugiente. Y buscamos refugio en Casapueblo, ese complejo diseñado y realizado por el maestro uruguayo Carlos Páez Vilaró, que es puro arte e imaginación enmarcados por el imponente paisaje natural.
Si bien su atelier ya no está abierto al público como hace años cuando tuve la oportunidad de recorrerlo, hoy podemos disfrutar del museo y de sus obras de arte que se despliegan en todos los rincones del complejo arquitectónico de Casapueblo que, según el propio Páez Vilaró, tiene inspiración en la casa del pájaro hornero o en el horno de pan, con sus formas redondeadas y acogedoras para la figura humana.
De este notable artista quiero destacar su vínculo e inmersión en la vida popular de Uruguay a través de pinturas y esculturas que muestran a los candomberos, los carnavales, los personajes del pueblo, los usos y costumbres de la gente, todo expuesto con la magia y la luminosidad de su paleta de colores.
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