11 noviembre 2011

Expectativas alrededor de los entornos personales de aprendizaje






Paul Klee, El hombre del futuro


En la entrada anterior pusimos en cuestión a los entornos virtuales de aprendizaje que se desarrollan a través de plataformas o campus.

Ahora vamos a revisar los rasgos principales que anticipan otros dispositivos pedagógicos para el aprendizaje, como son los Entornos Personales de Aprendizaje (PLE). Estos entornos están conformados por las herramientas, redes sociales y servicios que cada sujeto utiliza y que le permiten aprender de modo difuso e invisible.


Aplicados al ámbito educativo, los PLE potencian el rol del alumno como gestor de información y creador de vínculos y conexiones significativas entre distintos recursos de la web y de la cibercultura.

Como podemos percibir, un PLE asigna al alumno una mayor responsabilidad en su proceso de aprendizaje ya que no sólo debe preocuparse de aprender unos determinados contenidos, sino que debe reflexionar sobre los recursos y herramientas que más le aportan: notebooks, teléfonos móviles, tabletas, aplicaciones como lectores de noticias, marcadores sociales, blogs, wikis, redes sociales, podcasts...


En ese contexto, los docentes tienen tareas importantes como: proponer marcos de referencia para la selección y análisis de recursos, apoyar y orientar la búsqueda de fuentes bibliográficas, ofrecer espacios de intercambio e interacción con pares para favorecer la construcción de conocimientos, promover y evaluar comunidades virtuales fundadas en el aprendizaje colaborativo.


Estaríamos frente a un escenario que coloca el énfasis en el alumno como gestor del conocimiento en un proceso de aprendizaje permanente, invisible y ubicuo que supera las coordenadas de tiempo y espacio propias de las aulas convencionales.


¿Podrá ser un camino alternativo y válido para aprender y conocer en el ecosistema comunicativo y digital?
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