Big Bang Data es la exposición producida por Fundación Telefónica y el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona que ahora se muestra en Buenos Aires, desde el 2 de julio hasta el 28 de noviembre de 2015.
El eje central ronda sobre este interrogante clave en tiempos de la sociedad red: ¿Son los datos el nuevo petróleo, una fuente de
riqueza potencialmente infinita?
Sabemos que el mundo actual está inmerso en la explosión de datos en todos sus áreas o campos: las ciencias, las artes, la política, la investigación, la innovación y la
participación, dando cuenta de intersecciones entre cultura, tecnología y sociedad.
Cuando hablamos del Big Bang Data nos estamos refiriendo a cifras inconmensurables: 2,5 trillones de bytes generados cada día hasta el punto de que en 2009 se generó la misma cantidad de datos que la Humanidad había producido en toda su historia hasta esa fecha. Según han explicado los comisarios de este evento, la exposición se pregunta sobre la
importancia de los datos como "fuente de riqueza potencialmente infinita o
como herramienta para construir una democracia más transparente y
participativa". Para ello Big
Bang Data combina instalaciones y proyectos artísticos, documentación
histórica, entrevistas, documentos audiovisuales, prototipos tecnológicos, así
como un espacio para proyectos participativos.
Entre las sorpresas que ilustran las transformaciones de los dispositivos electrónicos en un lapso relativamente corto de tiempo, figura el disco duro que hace 50 años tenía el tamaño de un coche y que almacenaba
el equivalente a una canción en formato mp3, algo que hoy ocupa una minúscula
porción del teléfono móvil que llevamos en el bolsillo.
Una dimensión social relevante que incluye esta exposición está vinculada con la llamada "mercantilización de la intimidad" o invasión de la privacidad ya que las redes sociales tienden a construir un perfil extremadamente detallado
de nuestras preferencias, intereses y movimientos, al punto de convertirnos en un producto. Al mismo tiempo se introduce el tema de las nuevas relaciones de poder que se abren a través de las filtraciones de datos de personas y organismos públicos y privados que hoy ya son parte de los riesgos de la incesante publicación de datos en Internet.