09 junio 2017

Cinco tipos de mente para la sociedad que viene

Coincidimos en que la educación es formación de la persona y preparación para la vida plena. Ahora bien, en tiempos de cambios, mutaciones y transformaciones en el mundo científico-tecnológico, laboral, profesional, económico, político y social, nos preguntamos: ¿Qué tipo de capacidades, competencias e inteligencias son las más apropiadas para afrontar y resolver los problemas de la vida contemporánea?


Ante este dilema, Howard Gardner en su libro Las cinco mentes del futuro (2008, Barcelona, Paidós) describe distintos tipos de mentes que toda persona tendría que cultivar en el futuro y, con ánimo de desarrollar su pensamiento, este autor traza una evolución desde el pasado hasta la actualidad sobre la educación adquirida por los hombres. Las cinco mentes que él describe parten de la premisa de que la educación y formación podrán crear personas con estas mentalidades.

Las cinco mentes, en forma resumida, presentan los siguientes rasgos:

La mente disciplinada: la mente del futuro debe ser disciplinada en dos sentidos: en primer lugar, debe dominar las principales formas distintivas de pensar que ha creado el ser humano, la ciencia, las matemáticas y la tecnología, pero también la historia, filosofía y las artes. En segundo lugar, ha de dominar diversos medios para ampliar su formación.

La mente sintética: ante situaciones de información excesiva, deberemos ser capaces de resumirla con precisión, de una forma productiva y hacer que nos sea útil.

La mente creativa: en el futuro, prácticamente todo lo que esté regido por reglas se hará con mayor rapidez y precisión mediante el uso de computadoras. Por ello, se tendrá en cuenta a las personas capaces de descubrir nuevos fenómenos.

La mente respetuosa: siempre ha sido deseable educar a las personas para que por lo menos sean tolerantes con quienes tienen un aspecto o comportamiento diferente. Si no podemos aprender a convivir con los demás, el planeta pronto quedará despoblado.

La mente ética: la ética se ocupa de la forma de la sociedad. Debemos educar e inspirar a los jóvenes para que deseen vivir en un mundo marcado por la integridad, guiado por el desinterés y para que estén dispuestos a asumir la responsabilidad de lograr este objetivo.

Ante este planteo, comparto estas preguntas para la reflexión: ¿Qué hacemos como sociedad y desde las instituciones educativas para lograr el desarrollo de las cinco mentes necesarias para un futuro en el cual se destaquen valores como la extensión de derechos, el pluralismo, la integración, la justicia y la solidaridad? ¿Cómo nos imaginamos la escuela que se inscribe en este paradigma? ¿Los objetivos, contenidos, estrategias y actividades educativas se alinean y abonan el desarrollo de personas disciplinadas, sintetizadoras, creativas, respetuosas y éticas que reafirmen y aprovechen sus cualidades, necesidades y talentos?