Los distintos grupos etáreos y perfiles de usuarios nos muestran variados y contrastantes modos de acceder, de usar y de apropiarse de las TIC. Desde usos acotados y focalizados hasta usos múltiples, extensivos y siempre abiertos a las novedades y a las últimas aplicaciones que se generan en la red de redes.
Hace unos meses estuvo en Buenos Aires Henry Jenkins, un prestigioso investigador del MIT que estudia los medios de comunicación, quien se refirió precisamente a los vínculos que tienen los adolescentes y jóvenes con las tecnologías digitales.
En el transcurso del Foro Latinomericano de Educación -organizado por la Fundación Santillana y la Organización de Estados Iberoamericanos- Jenkins señaló que sorprende la cantidad de tareas y experiencias que realizan los jóvenes cuando navegan en internet, llamando "multitasking" a este fenómeno tan común: escuchan música mientras chatean, bajan películas, miran los últimos videos de fútbol y, simultáneamente, leen los comentarios sobre las utilidades del reciente teléfono móvil que salió al mercado. Muchas veces, ese cúmulo de tareas genera dispersión, distracción y hasta cansancio cuando no hay un objetivo claro que dirija la atención y el interés.
Frente a ese usuario tan inquieto como versátil para abrir y observar ventanas tan variadas en contenidos que le proporcionan vivencias múltiples, se encuentra otra modalidad de uso que tiende a focalizar la mirada en dos o tres aplicaciones, ya sea lectura de documentos y participación en foros, o contestar mensajes mientras se usan motores de búsqueda, etc. Acá el usuario navega y se concentra en uno o dos objetivos o intereses predefinidos, aunque ello no excluye la posibilidad de "engancharse" y navegar casi erráticamente frente a sucesivos links que se le ofrecen.
El debate sobre las peculiaridades e implicancias que suponen estas dos formas prototípicas de uso de las TIC tendría que considerar básicamente algunas coordenadas como los propósitos y objetivos que el usuario se plantea cada vez que se conecta con la red, el tiempo disponible para navegar y el contexto de uso (si es para ocio, para estudiar, para buscar información, para explorar datos, para comunicarse y compartir sin más objetivo que la conexión con otros...)
Desde el campo educativo podemos aportar valor agregado a esta actividad sugiriendo que la cantidad de ventanas abiertas y el número de contenidos y sitios visitados no dan cuenta de la calidad y relevancia de la experiencia vivida en el ciberespacio. Se trata de aprovechar la navegación interactiva y la estructura hipertextual e hipermedial para ganar en conocimiento, focalizando y profundizando el abordaje de un objeto de interés o de conocimiento, a través de fuentes y recursos que están en la red.
En tal sentido, Jenkins argumentó:
"Tecnología no es únicamente tener máquinas. Les voy a dar un ejemplo muy sencillo de cómo funcionamos los jóvenes y los adultos en relación con los usos y apropiaciones de la tecnología sea cual fuere: mi padre era un trabajador de la construcción y cuando yo era pequeño vino un día, me dio muchas herramientas y me dijo que construyera algo. Yo no tenía idea de cómo manejar esas herramientas, tenía martillo, destornillador, todos los utensilios necesarios para construir algo pero no sabía cómo ni de qué manera unir piezas para crear. Me parece que este ejemplo bien simple nos puede servir para pensar en por qué querríamos construir algo, qué sería, para qué, con qué objetivo y necesidad lo haríamos: éste es el verdadero desafío."
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